Se encontraba en
la laguna del internado, de noche era terrorífica. Vio a Rosmarie apoyada en un
árbol con los ojos cerrados, podía oír su respiración que cada vez disminuía
más y más. Un líquido rojo bajaba por su pecho manchando su camisa blanca. Un
último resoplido. Una risa. La vio caminando encima del agua. Esta vez llevaba
una capucha roja y corta pero se reía, se reía como aquella noche en su casa.
Volvió la mirada hacia Rosmarie que dejaba de respirar.
Zayn sudaba. Había sido su segunda peor
pesadilla. La primera pesadilla la vivió con sus propios ojos y la segunda la
acababa de vivir con su mente. No, no podía quitarse esa imagen de la cabeza. Se
levantó cabreado de la cama, cogió la lámpara y la estampó contra la pared. Se
apoyó en la pared y se dejó caer poco a poco mientras se estiraba de los pelos.
-
Maldita sea – empezó a pegarle puñetazos al suelo – Sabe mi punto
débil.
Abrió los ojos y se encontró con la mirada de
su compañera penetrada en ella. Le ponía los pelos de punta. Nunca le había
dirigido la palabra y se estaba comportando raro. Rosmarie se metió a la ducha.
Se vistió con ropa normal, unas Andy-Z azules, unos vaqueros y una sudadera
turquesa. Hoy no le apetecía nada. Se dejó el pelo rizado caer sobre su
espalda. Al salir se encontró con su compañera en la misma posición que antes
mirándola intensamente.
-
Buenos días – le dijo esta con una gran sonrisa.
-
Buenas – Rosmarie la miró detenidamente. Era alta y rubia, tenía un
pelo liso no muy largo y sus ojos eran de un azul intenso, un azul celeste. -
¿Has dormido bien? – intentó buscar conversación, no sabía de qué hablarle
porque jamás se habían dirigido la palabra.
-
De maravilla – el tono de su voz sonó frío y terrorífico pero al
momento volvió a sonreír enseñando sus perfectos dientes blancos – Soy Luane –
alguien tocó a su puerta y la salvó. Rosmarie resopló aliviada.
-
Ross, ¿vamos? – la voz de Henar la tranquilizó, cogió su bolso y salió
corriendo de la habitación.
-
¿Se pueden pedir cambios de habitación? – le preguntó a su amiga que
se rió – En cinco años no me dio ningún problema, y justo hoy se pone a
hablarme.
-
Exagerada – Henar le dio un empujón cariñoso y empezaron a bajar las
escaleras – Me ha pasado algo muy fuerte – se sentaron en una mesa alejada de las demás – Ayer cuando llegué ….
Josh lo había preparado todo y sólo faltaba
ella. La encontró. Estaba sentada en el comedor con su amiga Henar, una chica
morena de ojos marrones, pelo rizado y bastante guapa, si no existiera Rossy,
ella hubiera sido una de sus chicas. Pero no podía pensar en eso ahora, tenía
una perfecta tarde planeada.
-
Señoritas – las saludó a las dos y le tendió la mano a Rossy – Me
gustaría que me acompañaras - Rosmarie
miró a Henar que lo comprendió todo, cedió y al final sonrió.
-
¿A dónde vamos? – cuando estaban fuera del internado, Josh volvió a
taparle los ojos con el pañuelo de seda perfumado – La costumbre que no se
pierda – bromeó ella.
Josh
la guiaba a través del bosque con demasiado cuidado para que ella no se
tropezara aunque teniendo dos pies izquierdos hasta si la llevaran en brazos
acabaría en el suelo. Ella se rió ante aquel pensamiento.
-
¿Puedo enterarme yo también de eso que te hace tanta gracia? – le preguntó
Josh susurrándole al oído. Hasta el aire que respiraba la tranquilizaba.
-
No es nada.
A
Zayn le retumbaba la risa de la cazadora en los oídos. Cada vez con más fuerza.
Con más intensidad. Llegó a las escaleras. Desde arriba se veían eternas, no
acaban nunca. Iba bajando escalón a escalón pero parecía que por cada uno que
bajaba otros dos se añadían al final de la escalera.
-
Malik – una mano que le tocó el hombro le sobresaltó, pisó mal el
último escalón y esa misma mano lo salvó de estampar su cara contra el suelo -
¿Estás bien? – delante de sus ojos estaban esos ojos esmeralda que de tantos
problemas le había salvado, el mismo Harry que ahora estaba preocupado. -
¿Zayn?
-
Sí, estoy perfectamente – le temblaban las rodillas, ¿cómo podía mentir de forma tan descarada a
su mejor amigo? - ¿Has visto a Rosmarie? – miró a los ojos a su mejor amigo
que negó la cabeza balanceándola de un lado para otro.
-
Yo sí – respondió una voz dulce pero firme detrás de ellos. Se dio la
vuelta y vio a la amiga de Missy, a aquella chica de pelo rizado. Ella miraba a
su mejor amigo con una sonrisa de oreja a oreja cosa que Harry también
correspondía. Estos chicos pensó Zayn
para sí mismo. – Josh se la llevó hace un par de horas.
-
¿Dónde? – respondió Zayn alterado. Henar señaló a través de la ventana
hacia el frondoso bosque. Miró detenidamente y el sol ya se estaba poniendo. –
Maldita sea – salió corriendo dejándoles a los dos solos.
-
Tienes un amigo muy rarito – le comentó Henar a Harry antes de darse
la vuelta e irse.
-
¡Espera! – Harry la cogió del brazo, se colocó delante de ella y le
quitó un mechón de pelo que le tapaba los ojos. Dios, sus malditos preciosos ojos. Como me derrite su mirada.
Pensamientos así lo invadían día y noche, cada minuto, cada segundo desde que
la vio. No se la podía quitar de la cabeza, y aunque el sentimiento fuera mutuo
su amor era un amor prohibido. Un amor que crecía como una rosa, era un amor
hermoso que todos envidiaban pero las espinas detienen el acercamiento.
-
¿Deseas algo? – Henar se mordió el labio ante el deseo de rodearlo con
sus brazos y comérselo a besos.
-
Quería pedirte ayuda con las matemáticas, estos deberes que nos
mandaron no me entran – Harry se rascó uno de sus perfectos rizos y después
sonrió al darse cuenta de la mentir más grande que le había dicho.
-
Primero, soy un desastre para las matemáticas. Segundo, no hay deberes
porque aún no hemos empezado las clases – ella se rió de su estúpida idea -
¿Algo más?
-
Mmmmm … - él no sabía que decir, la dejó marchar para después volver a
cogerla del brazo – Sí – le temblaba tanto la mano que tuvo que soltarle el
brazo para que ella no notara su nerviosismo - ¿Podríamos quedar esta noche?
Hablar y eso.
-
Claro que sí – ella sonrió de tal forma que Harry estuvo a punto de
comerle esa sonrisa a besos y a mordiscos.
Zayn
corría a través del bosque con esa risa persiguiéndolo. Oyó un grito. Era Josh.
Empezó a correr con más fuerza. Ahora es cuando su “don” tenía que salir al a
luz y así era, su velocidad sobrenatural apareció cuando más la necesitaba
aunque siempre estaba dentro de él pero ésta era la primera vez que le parecía
bien utilizarla. Utilizó también su gran capacidad auditiva y pudo localizar a
Josh. Allí estaba, en la laguna. Una figura caminaba sobre el agua, entre risas
y carcajadas. Tenía un vestido y encima llevaba la toga roja y corta con
capucha. Pudo ver un mechón de su pelo. Era rubia. Buscó a Josh con la mirada y
lo vio de rodillas sosteniendo un cuerpo blanco de pelo naranja en sus brazos.
-
¡Missy! – saltó los dos matorrales que le cortaba el paso y se agachó
para verle la cara. Esto era como en su pesadilla. - ¿Qué ha pasado?
-
¿Esa es … la … cazadora? – Josh tragó saliva y no esperó a que Zayn
contestara, ya sabía la respuesta. – Estábamos aquí cuando de repente apareció ella,
lanzó un rayo luminoso y cuando mi vista volvió a la normalidad me encontré a
Rossy así.
-
Ve a buscar ayuda, yo intentaré ayudarla – Josh le hizo casó, salió
corriendo bosque a través hasta el internado. Zayn sabía que él hubiera llegado
antes que Josh pero tenía que estar con ella – Missy, tú eres la que me
mantiene con vida y con fuerzas, tú eres la que me da esa energía. – se agachó
para darle un beso en la frente – Siempre me has preguntado que porque te
llamaba Missy. No pensé que te lo diría en este estado pero necesito que lo
sepas. – tomó aire, la abrazó con fuerza contra su pecho y escuchó su
respiración entrecortada – Missy es mi forma cariñosa de llamarte, viene de
Miss que en inglés significa echar de menos porque eso me pasa cuando no estás
conmigo, te echo de menos a todas horas, hasta cuando estoy contigo te echo de
menos – se levantó y la cogió en brazos – En esta enfermería no harán nada –
silvó tres veces una melodía dulce, como la de un ruiseñor y delante suya
apareció un enano con barba larga blanca, tenía un sombrero negro pero debajo
de ese sombrero escondía un pelo del mismo tono que la barba.
-
¿Me necesitas, Javaad? – Gornid siempre lo había llamado por su
verdadero nombre cosa que odiaba pero si venía de él siempre era bienvenido.
-
Necesito ayuda – le enseñó la cara de Rosmarie – La cazadora.
-
Sígueme – Gornid empezó a andar a través de los árboles, esquivando
ramas y todo tipo de animales. Después de media hora andando llegaron a una
caseta bien escondida entre más de cinco árboles, múltiples ramas y varios
matorrales. Abrió la puerta y dejó pasar a Zayn – Déjala sobre la cama.
Josh llegó al internado casi sin aliento,
necesitaba buscar ayuda pero no sabía a quién recurrir. Escuchó un graznido,
miró hacia arriba y un papel bien doblado cayó en sus manos. Lo abrió con
cuidado.
No busques ayuda.
He acudido a un viejo amigo de la familia. Sólo él sabe cómo ayudarla.