lunes, 23 de septiembre de 2013

{Mirrors - Capítulo 9}


Zayn llevaba varios días sin probar comida y agua bebía sólo por necesidad. Hace más de una semana que Rosmarie se había desplomado entre sus brazos después de una fuerte discusión. Ni le había dado tiempo a disculparse o a darle una explicación del porqué de su enfado. Rosmarie estaba en una habitación en casa de Gornid tumbada en una cama casi sin vida. El único signo de que seguía con vida era el movimiento regular de su pecho en estímulo de la respiración. Josh había desaparecido en el momento en el que ella se había desplomado. No había vuelto a dar señales de vida en ocho días y no le importaba saber de él, era mejor así. Zayn sólo se había movido de su lado diez minutos en los cuales estuvo con Henar y Harry contándoles casi toda la historia. Sabía que era malo involucrar a más gente pero necesitaba que alguien los cubriera. Los primeros días los profesores se tragaron las palabras de Henar y creyeron de verdad que Rosmarie estaba en su habitación enferma, pero varios días después sospecharon y llamaron a sus padres. Gornid fue inteligente e interceptó la llamada y haciéndose pasar por su abuelo les avisó de que ella estaría fuera un par de semanas, como mucho un mes. Lo mismo hicieron con Zayn pero esta vez de verdad llamaron a sus padres, ellos se preocuparon pero el mismo Gornid habló con ellos y dejaron de preocuparse. La vida de su hijo muy pocas veces les había importado.
Ahí estaba él, sentado en la misma silla en frente de Rosmarie, cruzado de brazos con la mirada perdida pero perdida en ella y también perdida en miles y millones de pensamientos. No había dormido ni siquiera había cerrado los ojos un segundo en todo este tiempo. No sabía cómo Gango podía dormir tan tranquilo sin ningún problema. Con Laura había tenido algunos roces pero desde hace más de cinco días ella tampoco le había dirigido la palabra. Su última conversación o mejor dicho discusión fue:
-         Pero si nos besamos – volvió a decir ella mientras miraba como Zayn buscaba ropa para cambiar a Rosmarie y la cuidaba como una muñeca de porcelana merecía ser cuidada.
-         Fue solamente un beso – contestó este mirándola fijamente a los ojos – Nada más.
-         Pero …
-         No tengo tiempo para tonterías – dijo bruscamente haciendo que los ojos de ella se inundaran de lágrimas pero ella era fuerte y reaccionó rápido.
-         Es verdad, un gran error que no volverá a ocurrir – y con una gran sonrisa en su cara salió de la habitación.

Solamente una cosa durante este tiempo le hizo sonreír y fue la reacción de Henar y Harry al enterarse de que Zayn era un vampiro.
-         Pero, ¿puedes volar? – preguntó ella en el momento en el que se enteró.
-         Es un vampiro, no un murciélago – le contestó Harry  - ¿No te pinchas con los colmillos al hablar?
-         ¿Cómo se va a pinchar, idiota? – le contestó Henar con otra pregunta – Los tiene escondidos. – Harry abrazó a Henar por detrás pasando un brazo por encima de su hombro derecho y otro brazo por debajo de su brazo izquierdo y se cogió las manos. Le dio un beso en la nuca y se rió.
-         Vale ya, chicos – intervino Zayn – Mis colmillos están bien guardados, y no tengo superpoderes – se rió por primera vez en mucho tiempo.

Todos pensaban que Gango podía vivir con todo ese peso sobre sus hombros pero no era así. Todas las noches la misma rutina pero aquella noche fue un poco diferente. Suspiró fuertemente al echarse en la cama y cerró los ojos como hacía frecuentemente. No quería dormir. No quería volver a ver aquello. Pero necesitaba fuerzas para cuando Gornid les mande en una misión en busca de alguna planta curativa y sabía que eso ocurriría pronto. Y si Zayn no cogía fuerzas, él tenía que cogerlas por los dos.
Estaba en una habitación oscura iluminada por un foco que le dañaba la vista. Finalmente sus ojos se acomodaron a aquella luz y vio que otro foco iluminaba un cuerpo minúsculo en el centro de la habitación. Sus extremidades estaban atadas con cadenas a las cuatro esquinas de la habitación. No se dio cuenta de que era Rosmarie hasta que dio con su pelo naranja sin brillo y sin vida, y con sus ojos verdes perdidos en la nada. Un ruido estruendo de tacones lo hizo volver a la realidad de aquella habitación, una risa resonó en sus oídos acompañada de un látigo arrastrado por el húmedo y frío suelo. La cazadora pasó por su lado, le tocó el hombro y cuando él iba a reaccionar se dio cuenta de que estaba sentado sobre una silla atado de pies y manos. Ella tenía unos tacones rojos, medias negras, un vestido rojo e iba encapuchada como siempre con una capucha negra que le llegaba hasta la suela de los tacones. Bajo la capucha visualizó un pelo rubio encima de una sonrisa a la que temer. Se situó detrás de Rosmarie y descargó toda su ira con el látigo sobre su desnuda piel. Ella gritaba, se mordía el labio pero no podía aguantarse los gritos. Chorros de sangre chipoteaba de su espalda y de su labio mordido.
-         Reconócelo – dijo la cazadora mirando a Álvaro. El intentaba ver su rostro pero no conseguía visualizar más allá de su boca dirigida hacia él - ¡Dilo! – elevó un poco el tono de voz mientras volvía a descargar el látigo sobre la espalda de Rosmarie - ¡DILO! – gritó con fuerza ahogando el grito de Rosmarie. Rosmarie levantó la vista y le suplicó con la mirada que lo dijera.
-         - La quiero, la quiero ¡LA QUIERO! – gritó él a todo pulmón. La cazadora rió estruendamente y desapareció junto con el látigo y con Rosmarie.
Abrió los ojos empapado en sudor agarrándose con fuerza a las sábanas. Cada una de las partes de su cuerpo estaban sudorosas y pegajosas. Se levantó de la cama, se tomó un vaso de agua y reflexionó sobre su sueño. Había progresado. En sus anteriores sueños no llegaba a la parte en la que lo reconocía. Abrió la puerta de la habitación de Rosmarie para encontrarse con Zayn hablando con Gornid, o mejor dicho con Gornid explicándole a Zayn cómo encontrar la planta de curación.
-         La planta, llamada Panacea, como la diosa griega de la salud, se encuentra en el templo de Oropo. Mandaré a gente especializada para que la busquen – añadió Gornid.
-         Iré yo – afirmó Zayn – Sólo necesito indicaciones – Gornid lo miró poco confiado – Tengo preparación, sabré enfrentarme a todo.
-         El templo está en la cuarta dimensión y solamente puedes llegar a esa dimensión a través de un portal. Podré crear ese portal. Pero el portal te deja en Tebas que está a unas millas de Oropo – tragó saliva y siguió explicándole – Te puedo crear un mapa para que sepas como llegar de Tebas a Oropo pero … - y ahí se paró.
-         ¿Pero qué? – insistió Zayn.
-         En esa dimensión te podrás encontrar con cualquier criatura mitológica o fantástica que te puedes imaginar y algunas incluso que nunca has oído hablar de ellas. Es muy peligroso.
-         Iré contigo – Gango salió de las sombras y se incorporó a la conversación.
-         Debo contar con que Laura también irá – dijo Gornid – No os dejará solos.
-         Ella no tiene que venir – protestó Zayn rápidamente – Puede hacerse daño.
-         No es bueno que habléis de mi a mis espaldas – apareció ella seguidamente vestida con su traje de guerrera – Y puedo afirmar con la mano en el fuego de que soy más fuerte que tú y que tú – dijo señalando a Zayn y después a su hermano.
-         Reservad las fuerzas para el viaje – dijo Gornid recogiendo parte de sus cosas – Mañana tendréis el mapa en vuestras manos y os abriré el portal. – se dio media vuelta para salir de la habitación pero se incorporó para añadir una última cosa – Debéis organizaros bien ya que el portal sólo puede permanecer abierto cuatro días.


Rosmarie estaba inconsciente en cuerpo, pero en mente estaba totalmente consciente de todo lo que pasaba a su alrededor. Había escuchado todas las conversaciones, había sentido todas las cosas que Zayn le confesaba y también se sentía aterrorizaba del plan que Gornid les había mostrado. Quería gritarles. Quería saltar de aquella cama e impedir que fueran a esa dimensión. Quería darle una gran bofetada a Zayn por haberse ofrecido voluntario a ir y otra por no haber dormido, ni comido en ocho días. También quería saltar y darle una buena paliza a Álvaro por estar tan distante y sentirse culpable de todo. Aunque se sentía aliviada al escuchar que acompañaría a Zayn. Quería llorar pero ni siquiera eso podía.