viernes, 22 de noviembre de 2013

{Mirrors - Capitulo 13}


Ahora que Gornid tenía la planta en sus manos podía fabricar la poción que era mucho más difícil de lo que jamás se habría imaginado. Avisó a los chicos de que podría tardar un día o dos en acabarla y que no quería que lo molestaran. Gango seguía herido pero no quería lamentarse y no dejó que Gornid lo curara.
-         Quiero padecer con esto – le respondió.

Nadie le contradijo y dejaron que Gango fuera a su aire. Se sentía bastante mal pero no quería decirle nada a nadie y mucho menos a su hermana para que volviera a gritarle como la última vez. Ninguno de los presentes sabía las cosas que habían pasado mientras ellos estuvieron ausentes pero tampoco se atrevieron a preguntar.
Zayn se dedicó a lo mismo de siempre. A lavar a Rosmarie con cariño como siempre lo había hecho, la cambió de ropa y la preparó para el gran día. Todo su cuerpo se moría por abrazarla y sentir el calor de su cuerpo. Tenía que ser fuerte aunque todo su cuerpo temblara. No quería oír nada relacionado con la cazadora. La sangre por dentro le hervía y pensaba en qué hacer cuando la tendrá delante de sus ojos. Zayn apartó ese pensamiento de la cabeza y le contó a su querida amiga las cosas que le habían pasado, la experiencia con los enanos y el éxtasis que sintió al matar a un balrog.

Gornid seguía trabajando en su laboratorio cuando Carlos entró bruscamente. Aquel chico era bastante raro para el gusto de Gornid pero aun así le había tomado el cariño suficiente como para confiar en él.  
-         ¿Has descubierto lo que es Rosmarie? – le preguntó éste con tono alterado.
-         Es especial, sin duda alguna – le contestó Gornid pero al verlo tan alterado prosiguió: - Solamente la cazadora sabe lo que es y porque hace todo esto. – hundió la cabeza en su poción y al mismo tiempo que un ruido estruendo sonó fuera de su casa, gritó - ¡Ya la tengo!


Gango, Zayn y Laura salieron fuera de la casa y en el patio delantero pisando las hermosas plantas de Gornid había una manada de cuatro hombres tigres muy parecidos a lo que Carlos es. A Gango la cabeza le daba vueltas y estaba más mareado de lo habitual pero hizo lo mismo que sus dos compañeros y se sacó un arma. Su arma, en comparación con la de Laura y Zayn, era un arma blanca, una daga. Empezaron a luchar. Vio como uno de los tigres le mordía la mano a su hermana y otro saltaba encima de Zayn. No sabía dónde estaban los otros dos tigres y se mareaba cada vez más. Veía borroso y la cabeza le daba vueltas. En ese momento, vio una figura acercándose a gran velocidad hacia él y lanzó la daga.


Dentro de la casa, Gornid le estaba administrando la poción a Rosmarie. Se la inyectó directamente al corazón. Ella convulsionó y su cuerpo empezó a sacudirse fuertemente hasta el punto que Gornid pensó que la poción no funcionaba y su cuerpo la estaba rechazando. Pero entonces ella abrió los ojos y su cuerpo se tranquilizó. La miró a los ojos y resopló. Todo había salido bien.

-         Sshhh – Gornid la abrazó mientras ella sollozaba – Ahora está todo bien – le acarició el pelo. Él solamente había hecho esto con Lala, su querida protegida.
-         Pensé que no despertaría, pensé que … - Gornid le cortó negando con la cabeza – Eres el mejor – el grito de Laura llamando a su hermano la despertó más de lo que ya estaba - ¿Qué ha pasado? – se tambaleó y mareó al levantarse pero un segundo después ya estaba en la puerta observando como Gango lanzaba su daga. Siguió con la mirada el rumbo de la daga que paró en el pecho de Carlos. Los ojos se le llenaron de lágrimas nuevamente y cayó de rodillas. - ¡No! – todos los ojos se volvieron hacia ella y Zayn ya estaba a su lado incorporándola. Todo pasó a una gran velocidad, los tigres desaparecieron y se llevaron a Carlos con ellos. - ¿Qué has hecho? – lo dijo como un susurro y en ese instante Gango se desplomó en el suelo.

No sabían lo que le pasaba a Gango. Su comportamiento estos días había sido muy raro y que se haya desmayado en medio de una pelea después de haber matado al hermano de Rosmarie, no mejoraba las cosas. Rosmarie dejó de llorar en el instante en el que lo vio en el suelo y mientras esperaban noticias de Gango le contó toda la historia a Zayn.
-         ¿Quieres decir que ese … esa cosa que quería secuestrarte resultó ser tu hermano? No puede ser, te está engañando Missy.
-         No puedo creer que tú me digas eso, Zayn – suspiró para sus adentros – Hace cinco años lo perdí y ahora en menos de un día lo he vuelto a perder, y para siempre – sollozó pero se recompuso.
-         ¿No te das cuenta? Te estaba tomando el pelo para que vayas con él de buena voluntad. Si hubiera sido tu hermano lo habrías reconocido – Rosmarie lo iba a cortar pero él no la dejó – Sí, ya sé lo que me contaste pero la cazadora por mucho que sea una cazadora no puede crear esas máquinas para transformar a las personas.
-         ¿Puedo hablar contigo? – Josh apareció en la puerta antes de que Rosmarie pueda replicarle algo a Zayn. Le dolía todo por dentro y ahora su mejor amigo no la creía. Rosmarie le asintió a Josh y salieron fuera de la casa.
-         No has venido a verme ni una vez – le replicó ella.
-         No podía verte en ese estado, intenté buscar un antídoto por mi cuenta pero no pude y lo siento, no quería decepcionarte.
-         ¿Al menos te has enterado de que Carlos sí que era mi hermano? – Rosmarie estaba enfadada con él, demasiado para perdonarle tan rápidamente.
-         Algo he oído – ella se quedó atónita pero Josh siguió hablando – y acabo oír todo lo que has hablado con Zayn. A él no le importa tu hermano, no sabe lo que sientes por dentro. Él no entiende que estás muriendo por dentro, pero yo sí que te entiendo y por eso te pido que vengas conmigo. Vayamos a otro sitio donde nadie nos moleste, un sitio donde empecemos de cero.
-         ¿Me abandonas, no vienes a verme y me pides que vaya contigo? – su tono era sarcástico – No entiendes nada ¿verdad?
-         Te pido esto porque te quiero – él le cogió las manos y le acarició la mejilla con la otra mano – Eres mi sol, mi luna, mi vida y mi todo. Sólo yo puedo entenderte y comprenderte. ¿Quieres quedarte aquí? ¿Dónde mataron a tu hermano?
-         Yo también te quiero – se dieron un beso intenso antes de alejarse de aquel lugar.

-         Hay alguien que nos está traicionando y sé quién es – Max entró como una bala dentro de la casa donde Zayn y Laura esperaban impacientes información sobre Gango.

-         ¿Cómo? – los dos saltaron alterado - ¿Qué alguien nos está traicionando?

-         ¿Max? ¿Qué dices? – le preguntó Laura impaciente.

-         En realidad siempre estuvo de parte de la cazadora y solo estaba infiltrado buscando información. Quería acercarse a Zayn de alguna manera y lo ha conseguido.

-         ¿Quién es? – Zayn cogió a Max por los hombros.

-         El novio de Rosmarie – concluyó Max.

El cuerpo de Zayn no respondía a su cerebro que no podía creérselo. Esa rata los había engañado. Él siempre supo que algo no andaba bien con Josh pero no pensó que sería eso. Se llevó a Rosmarie y lo pagaría.

viernes, 25 de octubre de 2013

{Mirrors - Capítulo 12}



Les tomó bastante más tiempo del que pensaban en matar a uno de los dos balrogs pero quedaba el más fuerte y por lo visto él era el líder y el más robusto de los dos. Zayn y Gango estaba en el lado derecho del balrog intentando quitarle el látigo y rodeándolo estaban los tres enanos con Laura debilitándolo para que su hermano y el amor de su vida puedan coger el látigo y acabar de una vez con esto. Estaba cabreada consigo mismo por haber dejado que las cosas fueran tan rápidas y tan lejos. Fue culpa de ella que Zayn se enamorara de aquella chica. Todo por aquella tontería que pasó cuando eran pequeños. Se quitó ese pensamiento de la cabeza y descargó toda su ira contra el balrog pero este reaccionó y con el dorso del brazo izquierdo le dio un impulso que quedó tirada en el suelo. Escuchó a Gango gritar y llamarle la atención de su brazo roto del que brotaba sangre pero ella estaba más atenta de lo que Zayn estaba haciendo. Éste se subió de alguna manera al lomo de la criatura y ella lo estaba impulsando y sacudiendo. Aulë le clavó un cuchillo en una la pierna derecha que lo hizo desequilibrarse. En ese momento Gango le arrebató el fuerte látigo.
Los brazos de Gango temblaban. Era el látigo más pesado y más caliente que jamás había sostenido su mano. Sentía como el ardor pasaba del brazo a todo el resto de su cuerpo menos a su cerebro que se congeló. Se había quedado en blanco con el brazo temblando sin saber bien lo que hacer. Miró a su alrededor y todos le estaban gritando algo pero no sabía el que, no podía oírles. La herida que tenía en la cabeza le palpitaba y un fuerte estruendo pasó por su cabeza. En un impulso se llevó las manos a las orejas. Aquel sonido le volvía loco. No podía describirlo. Cayó de rodillas y hundió la cabeza con las manos aún sobre ésta en el suelo y el látigo cayó al suelo a unos dos metros de donde él estaba. Era como si algo le estuviera rayando y cortando el cerebro en trozos y no le dejaba pensar ni reaccionar.  No sabía cuánto tiempo había pasado hasta que Zayn puso una mano sobre su hombro y poco a poco lo ayudó a levantarse pero le pareció una eternidad.
-         Vamos – le dijo – Ahora tenemos que buscar la planta – se dejó ayudar por Zayn sin apartarlo como hubiera hecho en otras circunstancias. No preguntó qué había pasado con el balrog porque se dio cuenta por sí mismo al verlo tirado en el suelo con el látigo incrustado en su lomo y del que brotaba una sustancia plateada.  Sintió náuseas y todo a su alrededor daba vueltas. Entraron en el templo hasta llegar al jardín donde todo estaba repleto de aquella planta. Laura, que ahora tenía una gasa sobre la herida de su hombro, metió varias de aquellas plantas en el bolso de Gornid. Aquel bolso era especial, podía meter en él cualquier cosa por muy pesada que fuera porque no se notaba el volumen ni tampoco el peso. - ¿Listo? – le pareció ver un destello en los ojos de Zayn y hasta le pareció que estaba sonriendo. Seguía apoyado en él. No tenía fuerzas para mantenerse en pie sin ayuda.


Gornid y Carlos seguían en la misma habitación con Rosmarie tirada en aquella cama. Desde que Zayn se había ido hace dos días no se atrevían a tocarla o a cambiarle la ropa. Él fue el único que se dedicó a eso y no se sentían cómodos al quitarle esa labor. Gornid, ayudado por Carlos, habían trasladado una mesa y un par de sillas a la habitación.
-         Empezaremos por algo fácil que quizá te haga recordarlo todo a la vez – se rascó la cabeza y se lanzó con una pregunta - ¿Cómo te criaste? – Carlos no asimilaba aquella pregunta. Le llegaban recuerdos e imágenes borrosas pero después de un rato todo se volvió más claro.
-         Vivía con mis padres al norte de Suiza. Teníamos una casa pequeña pero bastante acogedora, tenía todo lo que necesitaba. Pero cuando mi hermanita llegó me di cuenta que no lo tenía todo, me faltaba ella. Yo tenía tres años cuando ella nació. Estaba tan contento de tener una hermana -  suspiró, intentaba recordar su nombre pero no podía, no le ponía cara – Con los años nos convertimos en mejores amigos, bueno, tan amigos como dos hermanos pueden ser. Pero cuando cumplí quince años ella vino a por mí. Solamente sé que me conectó unos cables para que me olvidara de todo, me cambió el nombre. Me cambió algunos genes para que fuera rubio en vez de pelirrojo, que tuviera los ojos marrones en vez de verdes y me enseñó a desarrollar el “don” – Carlos hizo las comillas con los dedos -  de ser un hombre tigre. – todo aquello le dolía demasiado. Recordar a su familia, sentir a su hermana pero no saber su nombre. Lo que más le dolía era que aquella vida que la cazadora le había dado fuera toda una mentira. Todo él era mentira.
-         ¿Recuerdas cómo se llama tu hermana? ¿O cómo es? – Gornid hizo hincapié en esas dos preguntas pero Carlos no lograba ver nada. No podía verle la cara a su hermana, la veía borrosa. Cuando la llamaba en vez de su nombre oía un ruido.


Habían pasado casi dos días desde que dejaron atrás a aquel balrog muerto. Sentían que no llegarían a tiempo. Gango estaba mal, su estado de ánimo y mental no mejoraba. Incluso él mismo podía decir que iba a peor pero no se atrevía a decirlo. A Laura le habían enseñado las horas según la posición del sol.
-         No es por asustaros pero nos quedan dos horas – todos empezaron a moverse más rápido. Era increíble la fuerza que tenía Zayn. Había cargado con Gango casi dos días enteros y aún tenía fuerzas para ir más deprisa. Pasó el tiempo sin que nadie dijera nada. Se daban cada vez más prisa hasta que vieron el portal desde lejos. Se estaba cerrando y perdiendo intensidad. Gango respiró profundamente, no podía dejarles perder más tiempo. Si ese portal se cerraba iba a ser culpa suya. Sopló el aire que contuvo durante unos segundos, se soltó del brazo de Zayn y empezó a correr. Los demás lo siguieron mientras le gritaban – Idiota – le gritó su hermana cuando estaban ya delante del portal.
-         Daros prisa, se va a cerrar – les dieron las gracias a los enanos por su gran ayuda y se adentraron al portal.



-         Es pelirroja – Carlos y Gornid estaban reunidos esperando la llegada de los chicos y en ese preciso instante lo recordó todo – y tiene los ojos verdes. Es … - tragó la saliva que se le amontó en la boca – es Rosmarie – los ojos se le cristalizaron y le entraron ganas de llorar. Gornid se quedó asombrado y Rosmarie de la cama que podía escucharlo todo se quedó atónita. Quería llorar, ella lo sabía. ¿Dónde estaba Josh? No la había ido a visitar. No se había enterado de que su hermano seguía con vida y que lo tenía más cerca que nunca. Sintió que el corazón le daba un vuelco cuando oyó un sonido estruendo fuera de la casa. El portal se había cerrado. Por un momento no sintió el latido de su corazón hasta que oyó la voz de Zayn y su corazón empezó a latir con fuerza. Estaban a salvo. 

viernes, 11 de octubre de 2013

{Mirrors - Capítulo 11}

No muchas cosas pasaron por la mente de Zayn mientras atravesaba el portal. Se veía realmente cansado, con los ojos hinchados y con ojeras. Esperó con bastante calma al otro lado del portal hasta que Gango y Laura estaban a su lado aun discutiendo de porqué ella había tenido que ir con ellos. Parecía mentira que la persona que mejor la conocía hiciera esas preguntas. Ella siempre pensaba después de actuar y en este caso no era diferente. Podía ser peligroso para ella pero él no podía discutir eso con ella, porque no acabarían nunca de pelear. Ella le insultaría y diría palabras que una chica no debería decir por pensar que una chica no podría luchar de la misma manera que él y su hermano.
-         ¡Zayn! – gritó Laura demasiado tarde. La figura negra que se deslizó entre los árboles sigilosamente siguiéndolos se había lanzado sobre Zayn derrumbándolo al suelo. El peso de aquella criatura, que no podía verle la cara, estaba aplastando todo su cuerpo y su cara contra las frías rocas que pavimentaban el suelo. De reojo vio como una criatura no más grande que la longitud de sus piernas cogía a Laura por los brazos y la sujetaba tan fuerte que ella no podía determinar ningún movimiento. Dos criaturas más derribaron a Gango al suelo impactando su cabeza contra una roca haciéndole perder la conciencia. Zayn sabía lo que eran. Enanos. Pequeños y rechonchos, fuertes como un roble y demasiado robustos para su gusto. Dos de ellos tenían el pelo naranja y los otros dos negro como la ceniza. Laura se movía o intentaba quitarse de encima al enano pelirrojo que la había agarrado y Zayn observó porqué. Debajo de la cabeza de Gango vio como un líquido rojo, tirando a negro, espeso salía y brotaba por el camino oscureciendo las rocas.
-         Enanos – murmuró Zayn inquieto. No le gustaban los enanos, nunca le habían gustado y ahora menos.
-         ¿Decías algo? – contestó molesto el enano que lo empujaba contra las rocas y le azotó en la espalda con un pesado látigo.
-         No esperamos vuestra hospitalidad – empezó a decir Laura y Zayn se rindió. Esta chico no sabía cuando callarse – pero no podéis dejar que mi hermano se desangre así. – los enanos empezaron a reírse en su cara.  Los colores empezaron a subir por su cara y Zayn supo que estaba contando mentalmente hasta diez para no decir una barbaridad de la cual se arrepentiría toda su vida - ¡Por el nombre de Gornid! Ayudadlo … - su voz se fue apagando como el sol se apaga cada noche para dejar a la luna brillar.
-         ¿Gornid? – preguntó el mismo enano que sostenía a Zayn. Podían darse cuenta de que ese enano era el jefe, entre ellos siempre hablaba el jefe y los demás no habían abierto la boca solamente para reírse de las palabras de Laura. Pero al escuchar el nombre de Gornid se pusieron tensos y sus risas cesaron.

Ahí estaba Carlos cuidando de aquella chica, pero ¿qué era ella para él? No lo sabía. Su mente no le ayudaba. Por más que lo intentaba, su mente solamente le mandaba imágenes sueltas sin ningún sentido. Había perdido muchos años de su vida, muchos recuerdos y le parecía que vivía en una gran mentira.
-         ¿Por qué no logro recordarlo? – estaba sentado en una silla en frente de la cama en la que Rosmarie descansaba. En las últimas horas había intentado cogerle la mano, darle su apoyo o quizás que ella le diera algo a él, un recuerdo o ayuda, pero no podía tocarla. Era retenido por su cuerpo cada vez que intentaba acercar sus manos a las de ella.  Seguía con la misma ropa sucia que Gango le había prestado hace más de dos semanas y que debido a sus caídas, a su sangre brotando de su nariz y a la suciedad de aquella celda, se había manchado y descuartizado casi todas las prendas que tenía puestas. Se agachó hasta esconder su cara en sus manos y gritar de la desesperación.
-         ¿Puedo ayudarte en algo, hijo? – Gornid siempre lo había tratado de hijo, y aquello no le gustaba aunque estaba muy agradecido por todo lo que estaba haciendo por él.
-         ¿Puedes hacer que recupere la memoria? – preguntó Carlos irónicamente. Un destello pasó por los ojos de Gornid haciéndolo sonreír de manera extraña. Pocas veces desde que ha estado aquí había visto sonreír a Gornid.
-         Se puede intentar … - le contestó este. - ¿Hay algo que quieras recordar en especial?
-         Casi toda mi vida – dijo en un susurro casi ahogado – No recuerdo nada de lo que era antes. Solamente puedo recordar los últimos cinco años de mi vida y no son nada agradables. Tengo veinte años y no recuerdo nada de mi infancia y mi familia. Sé que tuve una familia, lo puedo sentir aquí dentro – se tocó el corazón – pero ahora solo puedo recordar a la cazadora y a su horrible hermano, no sé cuál de los dos es peor. 
-         Creo que hay algo – fue como si una bombilla se hubiera encendido encima de la cabeza de Gornid – Espera aquí – y salió, se fue dejándolo así por muchas horas. Carlos seguía hablando con Rosmarie y tenía la esperanza de que ella pudiera escucharle. Le contaba cuentos e historias, anécdotas que le habían pasado a él o cosas que simplemente quería que sucedieran.  – Lo he encontrado – Gornid apareció con cara de satisfecho sosteniendo un gran frasco verde en su mano derecha. Carlos se quedó fascinado ante aquel personaje. Era totalmente increíble lo que podía hacer con solamente una planta. – Tienes que tomártelo – se lo entregó pero después añadió – Te voy a explicar como funciona – cogió una silla y se acomodó al lado de Carlos – Yo te haré preguntas y tu cerebro analizará la información y me dará respuestas, con lo que tú podrás recordar aquello que te pregunté y todo lo que te rodeaba en ese momento. – suspiró y se dejó caer en el respaldo de la silla – Nos tomará un buen tiempo.



-         Le somos leales a Gornid por lo que les somos leales a ustedes – dijo el enano jefe que se había identificado como Aulë – Les acompañaremos hasta Oropo, les ayudaremos a conseguir la planta y los traeremos de vuelta sanos y salvos – ahora estaban descansando en la pequeña cueva escondida entre las altas montañas. Los mismos enanos ayudaron a Gango a ponerse en pie y a detener la hemorragia. Los enanos habían decidido ir con ellos y también Laura había discutido con Gango, otra vez, para que él se quedara en la cueva. No estaba en condiciones para andar y solamente los detendrán e irán más lentos, pero él no quería ni que se lo mencionaran. Iría con ellos y eso fue lo que hizo. Descansaron una o dos horas, no podían saber cuanto tiempo era exactamente pero al momento se pusieron en pie y encabezados por Zayn y Aulë se encaminaron hacia Oropo. No tuvieron muchas turbulencias por el camino ni se encontraron con ninguna criatura rara o difícil de derrotar. Al cabo de un día y medio llegaron a las puertas de la gran montaña de Oropo donde se encontraría la planta. Sabían cuanto tiempo había pasado por la inclinación del sol. – La planta está protegida por dos balrogs.  – concluyó Aulë. – Debemos plantear una estrategia. 


Enano: 

sábado, 5 de octubre de 2013

{Mirrors - Capítulo 10}




-         Gango me ha convencido – le dijo Zayn a Rosmarie mientras estrechaba su fina mano – para que dejemos a Carlos contigo – resopló poco convencido – No me parece una buena idea y nunca voy a estar de acuerdo con esto, pero por lo que he visto, él ha sido el único que te ha sacado sonrisas  los días anteriores a tu – se le formó un nudo en la garganta – desmayo. Llamémoslo desmayo.  
-         Deberías ver el mapa – Laura corrió lo más rápido que pudo para avisar a Zayn. Ese plan no tenía ni pies ni cabeza y aunque tenía fe, sabía lo difícil que era llegar a Oropo y volver en tan solo cuatro días. Pero no podía dejar a su hermano solo. Si moría, morirían los dos juntos. – Necesitamos otra estrategia – Zayn salió corriendo dejando a Laura mirando desde la puerta a Rosmarie – Tu carácter nos va a llevar a la destrucción – soltó un bufido y se alejó.

Todos estaban de pie alrededor de una gran mesa redonda. En medio de la mesa había un mapa que indicaba el camino más corto para llegar a Oropo. Gornid no sabía con qué criaturas podrían encontrarse los chicos durante su viaje pero sabía a ciencia cierta que ese camino era el más corto y el menos seguro que había, pero también sabía que si cogían otro camino jamás llegarían de vuelta para pillar el portal abierto.
-         ¿No podrías abrir otro portal si se nos cierra este? – le preguntó Gango. Quizás él era el único el que confiaba en este plan. No es que él fuera un suicida o un amante de la aventura y el riesgo, pero sería una aventura memorable donde poder descargar toda esa ira que contenía dentro y también podría salvarle la vida a Rosmarie.
-         Podría – afirmó Gornid – pero tardaría más de dos meses en conseguir de nuevo todos los materiales que necesito. O incluso más.
-         ¿Con qué criaturas podremos encontrarnos? – le preguntó Zayn aun sabiendo que ningún de los presentes sabía la respuesta a esa pregunta. Él iría a por esa planta aunque pudiera perder su vida en el intento. Su vida nunca le había importado, para sus ojos, él era un monstruo pero tampoco podría dejar a Rosmarie vivir indefensa en un mundo que desconoce. Él la iba a proteger.
-         Durante el camino no sabría deciros la clase de criaturas que podrías encontraros pero protegiendo la planta podríais encontraros con orcos, trolls o con balrogs – contestó firmemente el mago.
-         ¿Balrogs? – por primera vez en veinte minutos, Laura abrió la boca – Orcos y trolls creo que todos sabemos lo que son pero ¿balrogs? No los había oído nunca.
-          Los balrogs o también llamados valaraukar son demonios con poderes. Suelen utilizar cualquier tipo de armas pero principalmente utilizan el látigo de fuego. Los orcos y los trolls – añadió Gornid mientras les enseñaba una foto de un balrogs – eran los sirvientes de los balrogs y lo siguen siendo. – Gornid les enseñó otra foto – Este es Gothmog, es el señor de todos los balrogs, como su rey. Son unas criaturas magníficas. Nunca tuve la oportunidad de ver uno pero sería fantástico presenciar uno – Gornid se encontró con tres pares de ojos que no entendían su entusiasmo – Si podéis derrotar a este curioso ser, también podréis con los dragones, las glaistig, catoblepas o cualquier otro ser.
-         Aún no nos has dicho como derrotarlo – puntualizó Zayn.
-         Oh, cierto – Gornid hizo saltar el polvo que cubría el libro al cerrarlo. Llevaba tanto tiempo sin abrir ese libro que el polvo lo había consumido – Sólo podéis derrotarlo con su propio látigo.
-         ¿Cómo se supone que conseguiremos un látigo como el suyo? – preguntó Laura harta de esta discusión absurda. - ¿Cogemos un látigo y le prendemos fuego?
-         Querida mía, - Gornid juntó sus manos detrás de su espalda y empezó a andar de un lado a otro de la habitación – creo que me has entendido mal. – se paró y pasó sus ojos de uno en uno. Esos chicos, esos tres chicos que él mismo había entrenado, enseñado y protegido, iban a enfrentarse a un balrog – Tenéis que arrebatarle su látigo y matarlo con su poder.
-         ¡Creo que te estás burlando de nosotros! – Laura le dio un puñetazo a la mesa y salió de la habitación no sin antes añadir algo que sólo su genio permitiría decir - ¡Y todo esto por una chica que jamás se fijará en ninguno de vosotros dos! ¡INGENUOS! Volverá a los brazos de su novio en cuanto se recupere y los dos habréis arriesgado la vida o incluso habréis muerto por una tontería. Y no me digáis que puedo quedarme y que no estoy obligada a ir, porque os equivocáis. Nací para esto, para salvar vidas, y tampoco dejaré que mi hermano se mate por una niña consentida – dio un portazo que explotó el carácter de Zayn.
-         Zayn, - le avisó Gornid – ella no lo sabe pero Rosmarie es especial – los ojos de Gango y Zayn se posaron en él – Cuando le saqué sangre para analizar su estado y buscar una cura, había un campo de energía que la rodeaba y que no me dejaba ver más allá de su color. No sé si sus padres le hicieron análisis de pequeña, pero creo que no, porque nadie puede traspasar ese campo y no conseguí saber ni su grupo sanguíneo, hasta hace un par de días – tomó aire esperando que alguno de los dos lo interrumpiera pero ellos ni pestañeaban – Por lo visto, el suero de la cazadora bajó la guardia de su campo sanguíneo y pude averiguar algunas cosas.
-         ¿Qué cosas? – preguntó Gango inquieto. Zayn lo fulminó con la mirada por haber interrumpido a Gornid.
-         Ella no es humana del todo, eso es todo lo que os puedo decir de momento – hizo reaccionar a los dos chicos – Ahora, manos a la obra. En una hora os abriré el portal. Gango, ve a buscar a tu hermana y cálmala. Zayn, Max está a punto de llegar como me habías pedido y puedes darle las indicaciones que creas necesarias. Y yo iré a buscar vuestras armas y provisiones – desapareció en un pestañear de ojos.

Todos hicieron todo lo que Gornid les había mandado. Zayn le dio a Max todas las instrucciones que creía necesarias para que Carlos no se escapara o se llevara a Rosmarie. No se fiaba de él y tampoco era el único. Zayn se despidió de Rosmarie con un beso en la mejilla, le volvió a dar las explicaciones de por qué la llamaba Missy pensando que ella no lo había escuchado aquella noche en el lago pero ella era consciente de todo. Algo le oprimía el pecho, no sabía él. Dentro de ella, su pecho ardía. No por miedo de que le pase algo a Zayn. Era otro tipo de miedo. Había algo dentro de ella que nunca había sentido. No podía dejarlo ir. Se moría de ganas de hablar, llorar, hacer cualquier cosa para que él se diera cuenta de que ella lo escuchaba. Puso todas sus fuerzas en ello y después de agotarse completamente una lágrima salió por debajo de su párpado derecho.
-         Sabía que estabas ahí, pequeña – se acercó a sus labios mientras le acariciaba la mejilla con el dorso de la mano. Acercó sus labios a los de ella y los presionó hasta sentir la calidez que aún había en ellos. – Por si no vuelvo.


Serás idiota. Volverás. Habló Rosmarie dentro de su cabeza. Ojala pudiera gritar estas palabras. No me dejarás sola. Te necesito. Se fue. Zayn desapareció. No podía creerlo. En cuatro días lo vería de nuevo, estaba segura de eso. Escuchó gritos fuera. Un ruido que la hizo estremecerse. Seguramente Gornid estaba abriendo el portal y ellos desaparecerían. 
Balrog: 

Gothmog: 

lunes, 23 de septiembre de 2013

{Mirrors - Capítulo 9}


Zayn llevaba varios días sin probar comida y agua bebía sólo por necesidad. Hace más de una semana que Rosmarie se había desplomado entre sus brazos después de una fuerte discusión. Ni le había dado tiempo a disculparse o a darle una explicación del porqué de su enfado. Rosmarie estaba en una habitación en casa de Gornid tumbada en una cama casi sin vida. El único signo de que seguía con vida era el movimiento regular de su pecho en estímulo de la respiración. Josh había desaparecido en el momento en el que ella se había desplomado. No había vuelto a dar señales de vida en ocho días y no le importaba saber de él, era mejor así. Zayn sólo se había movido de su lado diez minutos en los cuales estuvo con Henar y Harry contándoles casi toda la historia. Sabía que era malo involucrar a más gente pero necesitaba que alguien los cubriera. Los primeros días los profesores se tragaron las palabras de Henar y creyeron de verdad que Rosmarie estaba en su habitación enferma, pero varios días después sospecharon y llamaron a sus padres. Gornid fue inteligente e interceptó la llamada y haciéndose pasar por su abuelo les avisó de que ella estaría fuera un par de semanas, como mucho un mes. Lo mismo hicieron con Zayn pero esta vez de verdad llamaron a sus padres, ellos se preocuparon pero el mismo Gornid habló con ellos y dejaron de preocuparse. La vida de su hijo muy pocas veces les había importado.
Ahí estaba él, sentado en la misma silla en frente de Rosmarie, cruzado de brazos con la mirada perdida pero perdida en ella y también perdida en miles y millones de pensamientos. No había dormido ni siquiera había cerrado los ojos un segundo en todo este tiempo. No sabía cómo Gango podía dormir tan tranquilo sin ningún problema. Con Laura había tenido algunos roces pero desde hace más de cinco días ella tampoco le había dirigido la palabra. Su última conversación o mejor dicho discusión fue:
-         Pero si nos besamos – volvió a decir ella mientras miraba como Zayn buscaba ropa para cambiar a Rosmarie y la cuidaba como una muñeca de porcelana merecía ser cuidada.
-         Fue solamente un beso – contestó este mirándola fijamente a los ojos – Nada más.
-         Pero …
-         No tengo tiempo para tonterías – dijo bruscamente haciendo que los ojos de ella se inundaran de lágrimas pero ella era fuerte y reaccionó rápido.
-         Es verdad, un gran error que no volverá a ocurrir – y con una gran sonrisa en su cara salió de la habitación.

Solamente una cosa durante este tiempo le hizo sonreír y fue la reacción de Henar y Harry al enterarse de que Zayn era un vampiro.
-         Pero, ¿puedes volar? – preguntó ella en el momento en el que se enteró.
-         Es un vampiro, no un murciélago – le contestó Harry  - ¿No te pinchas con los colmillos al hablar?
-         ¿Cómo se va a pinchar, idiota? – le contestó Henar con otra pregunta – Los tiene escondidos. – Harry abrazó a Henar por detrás pasando un brazo por encima de su hombro derecho y otro brazo por debajo de su brazo izquierdo y se cogió las manos. Le dio un beso en la nuca y se rió.
-         Vale ya, chicos – intervino Zayn – Mis colmillos están bien guardados, y no tengo superpoderes – se rió por primera vez en mucho tiempo.

Todos pensaban que Gango podía vivir con todo ese peso sobre sus hombros pero no era así. Todas las noches la misma rutina pero aquella noche fue un poco diferente. Suspiró fuertemente al echarse en la cama y cerró los ojos como hacía frecuentemente. No quería dormir. No quería volver a ver aquello. Pero necesitaba fuerzas para cuando Gornid les mande en una misión en busca de alguna planta curativa y sabía que eso ocurriría pronto. Y si Zayn no cogía fuerzas, él tenía que cogerlas por los dos.
Estaba en una habitación oscura iluminada por un foco que le dañaba la vista. Finalmente sus ojos se acomodaron a aquella luz y vio que otro foco iluminaba un cuerpo minúsculo en el centro de la habitación. Sus extremidades estaban atadas con cadenas a las cuatro esquinas de la habitación. No se dio cuenta de que era Rosmarie hasta que dio con su pelo naranja sin brillo y sin vida, y con sus ojos verdes perdidos en la nada. Un ruido estruendo de tacones lo hizo volver a la realidad de aquella habitación, una risa resonó en sus oídos acompañada de un látigo arrastrado por el húmedo y frío suelo. La cazadora pasó por su lado, le tocó el hombro y cuando él iba a reaccionar se dio cuenta de que estaba sentado sobre una silla atado de pies y manos. Ella tenía unos tacones rojos, medias negras, un vestido rojo e iba encapuchada como siempre con una capucha negra que le llegaba hasta la suela de los tacones. Bajo la capucha visualizó un pelo rubio encima de una sonrisa a la que temer. Se situó detrás de Rosmarie y descargó toda su ira con el látigo sobre su desnuda piel. Ella gritaba, se mordía el labio pero no podía aguantarse los gritos. Chorros de sangre chipoteaba de su espalda y de su labio mordido.
-         Reconócelo – dijo la cazadora mirando a Álvaro. El intentaba ver su rostro pero no conseguía visualizar más allá de su boca dirigida hacia él - ¡Dilo! – elevó un poco el tono de voz mientras volvía a descargar el látigo sobre la espalda de Rosmarie - ¡DILO! – gritó con fuerza ahogando el grito de Rosmarie. Rosmarie levantó la vista y le suplicó con la mirada que lo dijera.
-         - La quiero, la quiero ¡LA QUIERO! – gritó él a todo pulmón. La cazadora rió estruendamente y desapareció junto con el látigo y con Rosmarie.
Abrió los ojos empapado en sudor agarrándose con fuerza a las sábanas. Cada una de las partes de su cuerpo estaban sudorosas y pegajosas. Se levantó de la cama, se tomó un vaso de agua y reflexionó sobre su sueño. Había progresado. En sus anteriores sueños no llegaba a la parte en la que lo reconocía. Abrió la puerta de la habitación de Rosmarie para encontrarse con Zayn hablando con Gornid, o mejor dicho con Gornid explicándole a Zayn cómo encontrar la planta de curación.
-         La planta, llamada Panacea, como la diosa griega de la salud, se encuentra en el templo de Oropo. Mandaré a gente especializada para que la busquen – añadió Gornid.
-         Iré yo – afirmó Zayn – Sólo necesito indicaciones – Gornid lo miró poco confiado – Tengo preparación, sabré enfrentarme a todo.
-         El templo está en la cuarta dimensión y solamente puedes llegar a esa dimensión a través de un portal. Podré crear ese portal. Pero el portal te deja en Tebas que está a unas millas de Oropo – tragó saliva y siguió explicándole – Te puedo crear un mapa para que sepas como llegar de Tebas a Oropo pero … - y ahí se paró.
-         ¿Pero qué? – insistió Zayn.
-         En esa dimensión te podrás encontrar con cualquier criatura mitológica o fantástica que te puedes imaginar y algunas incluso que nunca has oído hablar de ellas. Es muy peligroso.
-         Iré contigo – Gango salió de las sombras y se incorporó a la conversación.
-         Debo contar con que Laura también irá – dijo Gornid – No os dejará solos.
-         Ella no tiene que venir – protestó Zayn rápidamente – Puede hacerse daño.
-         No es bueno que habléis de mi a mis espaldas – apareció ella seguidamente vestida con su traje de guerrera – Y puedo afirmar con la mano en el fuego de que soy más fuerte que tú y que tú – dijo señalando a Zayn y después a su hermano.
-         Reservad las fuerzas para el viaje – dijo Gornid recogiendo parte de sus cosas – Mañana tendréis el mapa en vuestras manos y os abriré el portal. – se dio media vuelta para salir de la habitación pero se incorporó para añadir una última cosa – Debéis organizaros bien ya que el portal sólo puede permanecer abierto cuatro días.


Rosmarie estaba inconsciente en cuerpo, pero en mente estaba totalmente consciente de todo lo que pasaba a su alrededor. Había escuchado todas las conversaciones, había sentido todas las cosas que Zayn le confesaba y también se sentía aterrorizaba del plan que Gornid les había mostrado. Quería gritarles. Quería saltar de aquella cama e impedir que fueran a esa dimensión. Quería darle una gran bofetada a Zayn por haberse ofrecido voluntario a ir y otra por no haber dormido, ni comido en ocho días. También quería saltar y darle una buena paliza a Álvaro por estar tan distante y sentirse culpable de todo. Aunque se sentía aliviada al escuchar que acompañaría a Zayn. Quería llorar pero ni siquiera eso podía.  

viernes, 30 de agosto de 2013

{Mirrors - Capítulo 8}

Carlos abrió los ojos y lo que vio no fue nada de su agrado. Fue enviado aquí para buscar información y si las cosas se complicaban traer a la chica con él de vuelta pero en ese estado no podía hacer ninguna de las dos cosas. Quizás podría sacar algo de información poniendo la oreja en las conversaciones. Miró a través de las rejas pero no había nadie. Se quiso levantar pero su brazo le dolía horrores y al bajar los ojos se cumplió lo que imaginaba. Estaba levemente herido.
-         No puedes mantenerlo aquí encerrado – oyó ruido detrás de la puerta de esa habitación. Era una habitación extraña pero era como una cárcel. Estaba encerrado entre rejas en una gran habitación con varias estancias parecida a la suya. La puerta del fondo se abrió poco a poco y entró un chico alto y corpulento, era unos quince centímetros más alto que él. Tenía el pelo oscuro como el cielo en una noche sin estrellas. Lo seguía una pelirroja unos veinte centímetros más baja que el otro y unos cinco más baja que él.
-         Claro que puedo – él se cruzó de brazos delante de la celda y lo miró sin pestañear fijamente a los ojos – tengo el control de todo esto – levantó los brazos mientras sonreía descaradamente. “Este no es el chico que yo conocí” pensó Rosmarie para sus adentros. El cambio que Gango había pegado en menos de una hora no se lo hubiera imaginado ni en mil años.
-         No tienes pruebas – Carlos miraba algo divertido la escena. Aquella chica intentaba convencerle de que él chico encarcelado era de corazón puro y limpio – Sácalo ahora mismo de ahí. – lo cogió del brazo y le dio la vuelta para verle cara a cara.
-         Rosmarie, no lo entiendes – le tocó la mejilla con el dorso de la mano pero rápidamente como si estuviera electrizado la quitó para volver a cruzarse de brazos – Él es un enviado de la cazadora.
-         Repito, no tienes pruebas – los colores se apoderaba de la cara de Rosmarie.
-         Soy experto en detectarlos – se volvió para mirar a Carlos – no necesito pruebas para ello. – Rosmarie se acercó a las rejas y hundió su cara entre los barrotes.
-         Te sacaré de aquí, lo prometo – le dijo a Carlos el cual sonrió tímidamente – Y tú, -señaló a Gango – no lo toques hasta que yo vuelva, ¿entendido?
-         Entendido – dijo éste con una sonrisa pícara.
-         Estoy hablando en serio – ella soltó un bufido y se acercó a la puerta – y como le pase algo caerá sobre ti todo el peso de mi cabreo.
-         Vale, vale – los rizos serpenteaban sobre su espalda mientras se daba la vuelta y desaparecía por la puerta. – Ella no estará aquí para protegerte siempre, bola de pelo. – dijo Gango acercándose a la celda.
-         Ella sabe que soy inocente, no necesito más – algo en los ojos de ella le hacía sentir seguro, le hacía sentir que la conocía. Parecía que ella era la clave para descubrir ese pasado que se le había sido negado. Esas fueron las palabras de la cazadora. Esas palabras retumbaban en sus oídos como balas en su corazón.

Rosmarie buscó a Zayn por todas partes pero no había rastro de él. Sólo le faltaba buscar en su habitación y ya se había recorrido el internado de arriba abajo. Tomó aire antes de entrar en su habitación. Cogió el pomo con su diminuta y fina mano, le dio la vuelta y al ver que se abría sin dificultad suspiró aliviada. Asomó la cabeza poco a poco para ver a Zayn besándose con la hermana de Álvaro. Laura estaba sentada sobre el regazo de Zayn mientras se abrazaban fogosamente. No le hacía mucha gracia interrumpirles por lo que cerró la puerta sin que ellos se dieran cuenta de su presencia y esta vez buscó a Josh. Necesitaba que su … su …. ¿qué eran ella y Josh? Nunca habían tenido la charla pero la tendrían, hoy no pero pronto. Necesitaba que Josh supiera todo esto, necesitaba su ayuda. Sabía que Zayn no la perdonaría pero por una parte o por otra Josh estaba implicado en esto. Bajó las escaleras rápidamente con sus dos pies izquierdos sin tropezarse, caerse o abrirse la cabeza. Era un verdadero logro para ella. Se rió tontamente de ella y salió al patio trasero. Buscó con la mirada y vio a Josh sentado en un tronco y delante de él estaba Luane sentada en otro tronco. Ella le había cogido la mano mientras pasaba su mano sobre su pierna. Se puso colorada en un instante. Se precipitó tropezando con todas las piedrajas del patio y al llegar a su lado carraspeó.
-         ¿Se puede saber que hacéis? – preguntó cabreadísima.
-         Estábamos hablando – se precipitó Luane.
-         ¿Cogidos de la mano? – volvió a preguntar Rosmarie, le daba mucha rabia pero le parecía irónico. – Mejor no respondas, y tú – señaló a Josh – la próxima vez te follarás a tu amiguita. – se dio la vuelta pero Josh la cogió del brazo.
-         No es lo que piensas, por favor, déjame explicártelo pequeña.
-         Déjala que se vaya, sabes que estás mejor sin ella – Rosmarie no lo soportó más, se acercó a ella y le dio una bofetada. Sonó tan fuerte que las demás personas del patio se dieron la vuelta para ver la escena.
-         Rossy – Josh la cogió por los hombros y se la llevó dentro del internado. Josh se estaba riendo descaradamente en su propia cara.
-         Podrías contarme el chiste ya, así nos reímos los dos – se cruzó de brazos, estaba realmente enfadada y Josh se dio cuenta de ello por lo que intentó parar de reírse. - ¿Se puede saber de qué te ríes tanto?
-         Luane es mi hermana – Rosmarie se quedó helada ante aquellas palabras.
-         Pero si no os parecéis en nada… No, o sea, ¿cómo es posible? Ella es tan …. y tu eres tan …. No, es que … Que fuerte – terminó diciendo y con todo eso Josh estalló en carcajadas. – Tengo que pedirle disculpas – Josh la paró.
-         Es un caso perdido, no necesita explicaciones – le dio un beso en la frente - ¿Me estabas buscando?
-         Ah sí, era algo urgente – se recogió rápidamente el pelo en un moño desaliñado. Empezó a contarle lo que había pasado estas últimas semanas omitiendo algunos datos pero dejando claro lo que Zayn era, lo que intentaba hacer cuando apartó a Josh de su lado, también le contó lo de Gango y Carlos. – Me transmite algo … sé que no es malo y aunque fuera enviado por la cazadora, hay algo dentro de mí que me dice que es bueno. – se tocó el corazón – Algo aquí dentro me dio una señal, fue como un presentimiento pero uno bueno.
-         Pequeña, será solamente un estímulo. Tu corazón intenta sustituir a tu hermano , nada más – intentó contestarle de la mejor manera posible pero aquello no se podía decir de otra manera.
-         No lo entiendes – ella agachó la cabeza y unas lágrimas corrieron sobre su cara. Se limpió la cara y prosiguió – Mi hermano desapareció hace muchísimos años, lo sé pero también sé que no murió, y quizás ….
-         No es él, lo hubieras reconocido – Josh la atrajo contra su cuerpo y la abrazó. Todo aquello era demasiado para ella. Notaba su espalda bajar y subir al son de su llanto. Le dio un beso en la cabeza y le acarició la espalda para tranquilizarla.


Rosmarie volvió al refugio secreto de Gango, pero esta vez iba con Josh. Entraron dentro y vio a Álvaro cogiendo a Carlos del cuello de la camiseta. Carlos llevaba la ropa que Álvaro le había prestado. Se notaba a leguas que era su ropa. Rosmarie se abalanzó sobre él.
-         Suéltalo, ¡suéltalo! – se interpuso entre ellos dos – Lo prometiste.
-         No prometí nada – cuando vio a Josh enloqueció - ¿Qué hace este aquí? – elevó el tono de voz más de lo debido.
-         Viene a ayudarme, cosa que tú no estás haciendo – para Gango aquellas palabras fueron peores que bofetadas en la cara. Hubiera preferido unas puñaladas en el corazón. - ¿Estás bien? – se dio la vuelta para ver la cara mugrienta de sangre de Carlos. Tenía la nariz rota. – Haz algo bueno y tráeme algo para curarle – abrió la puerta de la celda, ayudó a que Carlos se sentara y se sentó a su lado. Al rato Gango le trajo todo lo necesario para curarle. – Dejarnos solos, por favor – Josh y Gango salieron de la habitación, no sin antes protestar pero no ser escuchados.
-         Gracias – dijo éste casi en un suspiro.
-         No te esfuerces en hablar – Rosmarie le curó poco a poco todas sus heridas. – Todos creen que eres malo – Carlos se sobresaltó cuando le tocó la nariz con un trozo de algodón.
-         ¿Tú también?
-         Yo confió en que aunque fueras enviado por alguien malo, tú no eres así. – cogió un agua oxigenada y le echó a las heridas.
-         La virgen, como escuece – protestó Carlos. Rosmarie se rió.
-         Perdona, sé que no es gracioso – se mordió el labio.
-         Diles que estaré encerrado aquí todo el tiempo que sea necesario para que me crean – la miró a los ojos. Esos ojos le recordaban algo pero no sabía él que. Necesitaba recordarlo – Necesito que me ayudes. – resopló – Sé que has hecho mucho por mí ya pero necesito recordar. Recordar lo que soy, quién soy.
-         ¡Rosmarie! – Zayn entró corriendo en la habitación, la cogió por los aires y la sacó fuera de la celda – Eres una niña estúpida. ¿Cómo puedes creerte todo lo que te dice? Te está manipulando. – Zayn la cogió por los hombros y la sacudió – Eres muy ingenua, Ros.
-         ¡Suéltala! – Carlos se abalanzó sobre Zayn pero Zayn lo empujó contra la pared y el choque de su cabeza contra la pared fue tal que hasta el sonido retumbó en los oídos de Rosmarie.
-         No te acerques más a ella – le amenazó con una mirada tan feroz que a Rosmarie se le erizó la piel del cuerpo. Ese no era Zayn.
-         Volveré, lo prometo – le dijo Rosmarie mientras era arrastrada por Zayn fuera de aquella mugrienta habitación.
-         Podrías hacer mejor tu trabajo – le advirtió Zayn a Gango – Inútiles.
-         ¿Cómo le puedes hablar así? Deberían cortarte la lengua – se alteró Rosmarie – Esto es la gota que colma el vaso. Te estás pasando cinco mil pueblos, Zayn Javaad Malik. – en ese instante sintió como todo su cuerpo flojeaba, las piernas le temblaban igual que todo su cuerpo. Su cerebro no reaccionaba y una ola fría recorrió todo su cuerpo posándose sobre su corazón. Las piernas y el cerebro desconectaron y cayó redonda en el suelo pero antes de quedarse totalmente inconsciente oyó a Álvaro gritar: “¿por qué no se tomaba la maldita poción?”

lunes, 19 de agosto de 2013

{Mirrors - Capítulo 7}

Había pasado cuatro semanas, Rosmarie entrenaba todos los días sin que nadie se enterara. Sólo lo sabían ella y Gango. Ella no había vuelto a hablar ni con Josh ni con Zayn. Los veía en clase pero no sabía que decirle a ninguno de los dos, y por lo visto hasta ella se había hartado de esa situación. Josh estaba muy raro con ella y ella tenía que acabar con todo eso.
Ese día, se encontró con Josh en la biblioteca. Rosmarie lo cogió por el cuello de la camisa y lo arrastró detrás de ella hasta el desván donde unas semanas atrás Josh se le había declarado. Cerró la puerta después de que él pasara y se interpuso entre él y la puerta.
-         ¿Se puede saber qué te pasa? – le preguntó ella furiosa. Estaba furiosa con él por huir de ella y estaba furiosa con ella misma por no haber hecho esto antes. Josh se acercó poco a poco hacia ella, puso una mano sobre su espalda y la atrajo hacia él. La besó como si no hubiera mañana. Era un beso que hacía aparecer mariposas dentro de su estómago. Enredó una mano en su pelirrojo pelo para que ella no se escape. Rosmarie se acordó porque había subido ahí arriba, intentó apartarse de él a pesar de mucho que le encantaba estar entre sus brazos pero él no cedía. Le mordió el labio y la soltó – No me cambies de tema.
-         No te he cambiado de tema – dijo éste riéndose y metiéndose las manos en los bolsillos. Rosmarie se sentó en una mesa y se cruzó de piernas. – Sólo te he besado.
-         Eso es jugar sucio – protestó ella – Ahora contéstame.
-         Necesitaba tiempo – la miró directamente a los ojos, a sus verdosos ojos y añadió – Pero fui un poco estúpido al actuar así.
-         ¿Un poco? – preguntó ella sarcástica.
-         Puede que un poco demasiado – sonrió él picaresco. Le echó el pestillo a la puerta y volvió a acercarse a ella - ¿Tengo que pedir perdón? – Josh la miraba a los ojos y mientras ella negaba con la cabeza, Josh le acariciaba la pierna con el dorso de la mano. - ¿Hay algo más que quieres que te explique? – no le dio tiempo a responder porque Josh se le había tirado encima y la volvía a besar. Era otro beso. Un beso que le hacía aguas por dentro. Dejó de besarla para mirarla. Ella asintió y le quitó la camiseta. Para ella era perfecto. Con su mano examinó sus abdominales, su pecho y sus brazos. Después se mordió el labio y Josh le quitó el jersey y entre beso y beso le desabrochaba la camisa. Rosmarie tenía el uniforme completo pero Josh tenía el uniforme deportivo, cosa que era más fácil de quitar. Rosmarie jugueteaba con los cordones del pantalón, le dio un beso en el pecho y se los quitó. Josh le besó el cuello. Le acariciaba la espalda mientras saboreaba su cuerpo con la boca. Le quitó la ropa interior dejándole la falda.  Ella le rodeó con las piernas y él la penetró. Sus cuerpos sudorosos entraban en calor. Ella gemía. Él gemía. Le acarició el pelo. Le dio un beso corto y le susurró al oído : - Te quiero – ella se sobresaltó. No se esperaba esa afirmación tan pronto. No quería estropear ese momento por lo que lo cogió por el cuello y le volvió a besar, un beso largo. Los dos llegaron al orgasmo y se separaron. Sus cuerpos encajaban como las dos últimas piezas de un puzle.
-         Me parece que hoy te saltarás la clase de gimnasia – dijo Rosmarie que se ponía la ropa, le temblaba todo y no podía ponerse la camisa.
-         Deja que te ayudo – Josh le abrochó la camisa – Me parece que tienes razón – le besó fugazmente.
-         Todo va bien, ¿verdad? – en sus ojos veía que no todo iba tal y sabía que algo iba mal.
-         Todo va genial – Josh intentó sonreír y no pensar en aquellas cartas que recibía todas las noches. ¿Era eso verdad? No podía ser verdad, Rossy no era capaz de algo así. Bajaron juntos al comedor donde se despidieron.
Rosmarie llegó a su habitación. Encima de su cama había una nota. Ponía su nombre. Le dio la vuelta y había un mensaje escrito con letra de niño a ordenador. Él llegará a mis manos. ¿Él? ¿Quién era él? ¿Josh? ¿Zayn? ¿Gango? No. En ese momento Luane entró en la habitación.
-         ¿Sabes quién ha dejado esto aquí?
-         Acabo de llegar – le contestó Luane.
-         Sólo tú y yo tenemos la llave de la habitación – contestó Rosmarie cabreada.
-         ¿Me estás diciendo que la dejé yo? – Luane estaba tensa pero hablaba en un tono sereno.
-         Si te das por aludida quizá es porque tienes algo que ver – salió de la habitación dando un portazo.

Luane se rió dentro de la habitación. Que ingenuos eran todos. Pues claro que esa nota era suya. Y las cartas que recibía Josh también. Y también era la culpable de que la protección que Zayn recibía haya desaparecido.

Rosmarie se adentró en el bosque, andaba sin mirar por donde iba y tropezaba con las raíces de los árboles. Maldecía por dentro. No entendía todo eso que pasaba. Se preguntaba como acabaría toda la historia de Zayn, que harían Josh y Harry, y lo último pero no menos importante, que haría ella cuando sea el momento de actuar. Un ruido la alertó y su mente se preparó para lo peor. No se acordaba de las explicaciones que Álvaro le había dado. No se acordaba de nada. Un tigre azul, era un tigre mitológico, era esa clase de tigre blanco con rayas negras, o negro con rayas blancas, no sabía diferenciarlo en ese momento apareció delante de ella. Con dientes afilados y ojos verdes como un bosque de pinos. Se fijó mejor en el tigre que tenía delante de ella. Sus ojos no eran verdes, sus ojos eran marrones como la miel, marrones como el cobre. Algo dentro de ella le decía que no debía tenerle miedo. No le inspiraba miedo. Se acercó a él con pasos cortos. El tigre rugió, ella se sobresaltó y dio dos pasos hacia atrás.  El tigre se dejó caer sobre sus patas traseras, dejó la cabeza descansando sobre el suelo duro lleno de ramas secas y hojas caídas. Con la pata derecha se tapó los ojos. Rosmarie resopló y se acercó a él sin dudarlo. Le tocó la cabeza con la yema de los dedos y el tigre volvió a rugir pero esta vez no era un rugido terrorífico, era un rugido de placer. Ella tomó más confianza y empezó a rascarle la cabeza. Parecía un gato feliz y ella una niña pequeña. El tigre se dio la vuelta quedando boca arriba y removió las patas señalando la barriga.
-         Te ha gustado, pillín – ella balanceó la cabeza de un lado para otro y le rascó la barriga. – Te llamaré Miel – el tigre la miró y ella interpretó esa mirada como una pregunta – Como tus ojos – le pareció que Miel estaba sonriendo, pero quizá eran sólo imaginaciones suyas. Cerró los ojos, resopló tranquila. Cuando abrió los ojos vio como una flecha atravesaba la pata derecha de Azul. Detrás de ella vio a Gango con el arco y preparando otra flecha - ¿Pero qué haces? ¡Para! – cogió lo primero que encontró, una rama pequeña, y se la tiró.

-         Puedes llamarme Carlos – el tigre se convirtió en un cuerpo blanco y rubio. Estaba completamente desnudo. Vio como sus ojos se cerraban pero aun así sonreía. Rosmarie respiró aliviada al escuchar su respiración y su pulso.