viernes, 25 de octubre de 2013

{Mirrors - Capítulo 12}



Les tomó bastante más tiempo del que pensaban en matar a uno de los dos balrogs pero quedaba el más fuerte y por lo visto él era el líder y el más robusto de los dos. Zayn y Gango estaba en el lado derecho del balrog intentando quitarle el látigo y rodeándolo estaban los tres enanos con Laura debilitándolo para que su hermano y el amor de su vida puedan coger el látigo y acabar de una vez con esto. Estaba cabreada consigo mismo por haber dejado que las cosas fueran tan rápidas y tan lejos. Fue culpa de ella que Zayn se enamorara de aquella chica. Todo por aquella tontería que pasó cuando eran pequeños. Se quitó ese pensamiento de la cabeza y descargó toda su ira contra el balrog pero este reaccionó y con el dorso del brazo izquierdo le dio un impulso que quedó tirada en el suelo. Escuchó a Gango gritar y llamarle la atención de su brazo roto del que brotaba sangre pero ella estaba más atenta de lo que Zayn estaba haciendo. Éste se subió de alguna manera al lomo de la criatura y ella lo estaba impulsando y sacudiendo. Aulë le clavó un cuchillo en una la pierna derecha que lo hizo desequilibrarse. En ese momento Gango le arrebató el fuerte látigo.
Los brazos de Gango temblaban. Era el látigo más pesado y más caliente que jamás había sostenido su mano. Sentía como el ardor pasaba del brazo a todo el resto de su cuerpo menos a su cerebro que se congeló. Se había quedado en blanco con el brazo temblando sin saber bien lo que hacer. Miró a su alrededor y todos le estaban gritando algo pero no sabía el que, no podía oírles. La herida que tenía en la cabeza le palpitaba y un fuerte estruendo pasó por su cabeza. En un impulso se llevó las manos a las orejas. Aquel sonido le volvía loco. No podía describirlo. Cayó de rodillas y hundió la cabeza con las manos aún sobre ésta en el suelo y el látigo cayó al suelo a unos dos metros de donde él estaba. Era como si algo le estuviera rayando y cortando el cerebro en trozos y no le dejaba pensar ni reaccionar.  No sabía cuánto tiempo había pasado hasta que Zayn puso una mano sobre su hombro y poco a poco lo ayudó a levantarse pero le pareció una eternidad.
-         Vamos – le dijo – Ahora tenemos que buscar la planta – se dejó ayudar por Zayn sin apartarlo como hubiera hecho en otras circunstancias. No preguntó qué había pasado con el balrog porque se dio cuenta por sí mismo al verlo tirado en el suelo con el látigo incrustado en su lomo y del que brotaba una sustancia plateada.  Sintió náuseas y todo a su alrededor daba vueltas. Entraron en el templo hasta llegar al jardín donde todo estaba repleto de aquella planta. Laura, que ahora tenía una gasa sobre la herida de su hombro, metió varias de aquellas plantas en el bolso de Gornid. Aquel bolso era especial, podía meter en él cualquier cosa por muy pesada que fuera porque no se notaba el volumen ni tampoco el peso. - ¿Listo? – le pareció ver un destello en los ojos de Zayn y hasta le pareció que estaba sonriendo. Seguía apoyado en él. No tenía fuerzas para mantenerse en pie sin ayuda.


Gornid y Carlos seguían en la misma habitación con Rosmarie tirada en aquella cama. Desde que Zayn se había ido hace dos días no se atrevían a tocarla o a cambiarle la ropa. Él fue el único que se dedicó a eso y no se sentían cómodos al quitarle esa labor. Gornid, ayudado por Carlos, habían trasladado una mesa y un par de sillas a la habitación.
-         Empezaremos por algo fácil que quizá te haga recordarlo todo a la vez – se rascó la cabeza y se lanzó con una pregunta - ¿Cómo te criaste? – Carlos no asimilaba aquella pregunta. Le llegaban recuerdos e imágenes borrosas pero después de un rato todo se volvió más claro.
-         Vivía con mis padres al norte de Suiza. Teníamos una casa pequeña pero bastante acogedora, tenía todo lo que necesitaba. Pero cuando mi hermanita llegó me di cuenta que no lo tenía todo, me faltaba ella. Yo tenía tres años cuando ella nació. Estaba tan contento de tener una hermana -  suspiró, intentaba recordar su nombre pero no podía, no le ponía cara – Con los años nos convertimos en mejores amigos, bueno, tan amigos como dos hermanos pueden ser. Pero cuando cumplí quince años ella vino a por mí. Solamente sé que me conectó unos cables para que me olvidara de todo, me cambió el nombre. Me cambió algunos genes para que fuera rubio en vez de pelirrojo, que tuviera los ojos marrones en vez de verdes y me enseñó a desarrollar el “don” – Carlos hizo las comillas con los dedos -  de ser un hombre tigre. – todo aquello le dolía demasiado. Recordar a su familia, sentir a su hermana pero no saber su nombre. Lo que más le dolía era que aquella vida que la cazadora le había dado fuera toda una mentira. Todo él era mentira.
-         ¿Recuerdas cómo se llama tu hermana? ¿O cómo es? – Gornid hizo hincapié en esas dos preguntas pero Carlos no lograba ver nada. No podía verle la cara a su hermana, la veía borrosa. Cuando la llamaba en vez de su nombre oía un ruido.


Habían pasado casi dos días desde que dejaron atrás a aquel balrog muerto. Sentían que no llegarían a tiempo. Gango estaba mal, su estado de ánimo y mental no mejoraba. Incluso él mismo podía decir que iba a peor pero no se atrevía a decirlo. A Laura le habían enseñado las horas según la posición del sol.
-         No es por asustaros pero nos quedan dos horas – todos empezaron a moverse más rápido. Era increíble la fuerza que tenía Zayn. Había cargado con Gango casi dos días enteros y aún tenía fuerzas para ir más deprisa. Pasó el tiempo sin que nadie dijera nada. Se daban cada vez más prisa hasta que vieron el portal desde lejos. Se estaba cerrando y perdiendo intensidad. Gango respiró profundamente, no podía dejarles perder más tiempo. Si ese portal se cerraba iba a ser culpa suya. Sopló el aire que contuvo durante unos segundos, se soltó del brazo de Zayn y empezó a correr. Los demás lo siguieron mientras le gritaban – Idiota – le gritó su hermana cuando estaban ya delante del portal.
-         Daros prisa, se va a cerrar – les dieron las gracias a los enanos por su gran ayuda y se adentraron al portal.



-         Es pelirroja – Carlos y Gornid estaban reunidos esperando la llegada de los chicos y en ese preciso instante lo recordó todo – y tiene los ojos verdes. Es … - tragó la saliva que se le amontó en la boca – es Rosmarie – los ojos se le cristalizaron y le entraron ganas de llorar. Gornid se quedó asombrado y Rosmarie de la cama que podía escucharlo todo se quedó atónita. Quería llorar, ella lo sabía. ¿Dónde estaba Josh? No la había ido a visitar. No se había enterado de que su hermano seguía con vida y que lo tenía más cerca que nunca. Sintió que el corazón le daba un vuelco cuando oyó un sonido estruendo fuera de la casa. El portal se había cerrado. Por un momento no sintió el latido de su corazón hasta que oyó la voz de Zayn y su corazón empezó a latir con fuerza. Estaban a salvo. 

viernes, 11 de octubre de 2013

{Mirrors - Capítulo 11}

No muchas cosas pasaron por la mente de Zayn mientras atravesaba el portal. Se veía realmente cansado, con los ojos hinchados y con ojeras. Esperó con bastante calma al otro lado del portal hasta que Gango y Laura estaban a su lado aun discutiendo de porqué ella había tenido que ir con ellos. Parecía mentira que la persona que mejor la conocía hiciera esas preguntas. Ella siempre pensaba después de actuar y en este caso no era diferente. Podía ser peligroso para ella pero él no podía discutir eso con ella, porque no acabarían nunca de pelear. Ella le insultaría y diría palabras que una chica no debería decir por pensar que una chica no podría luchar de la misma manera que él y su hermano.
-         ¡Zayn! – gritó Laura demasiado tarde. La figura negra que se deslizó entre los árboles sigilosamente siguiéndolos se había lanzado sobre Zayn derrumbándolo al suelo. El peso de aquella criatura, que no podía verle la cara, estaba aplastando todo su cuerpo y su cara contra las frías rocas que pavimentaban el suelo. De reojo vio como una criatura no más grande que la longitud de sus piernas cogía a Laura por los brazos y la sujetaba tan fuerte que ella no podía determinar ningún movimiento. Dos criaturas más derribaron a Gango al suelo impactando su cabeza contra una roca haciéndole perder la conciencia. Zayn sabía lo que eran. Enanos. Pequeños y rechonchos, fuertes como un roble y demasiado robustos para su gusto. Dos de ellos tenían el pelo naranja y los otros dos negro como la ceniza. Laura se movía o intentaba quitarse de encima al enano pelirrojo que la había agarrado y Zayn observó porqué. Debajo de la cabeza de Gango vio como un líquido rojo, tirando a negro, espeso salía y brotaba por el camino oscureciendo las rocas.
-         Enanos – murmuró Zayn inquieto. No le gustaban los enanos, nunca le habían gustado y ahora menos.
-         ¿Decías algo? – contestó molesto el enano que lo empujaba contra las rocas y le azotó en la espalda con un pesado látigo.
-         No esperamos vuestra hospitalidad – empezó a decir Laura y Zayn se rindió. Esta chico no sabía cuando callarse – pero no podéis dejar que mi hermano se desangre así. – los enanos empezaron a reírse en su cara.  Los colores empezaron a subir por su cara y Zayn supo que estaba contando mentalmente hasta diez para no decir una barbaridad de la cual se arrepentiría toda su vida - ¡Por el nombre de Gornid! Ayudadlo … - su voz se fue apagando como el sol se apaga cada noche para dejar a la luna brillar.
-         ¿Gornid? – preguntó el mismo enano que sostenía a Zayn. Podían darse cuenta de que ese enano era el jefe, entre ellos siempre hablaba el jefe y los demás no habían abierto la boca solamente para reírse de las palabras de Laura. Pero al escuchar el nombre de Gornid se pusieron tensos y sus risas cesaron.

Ahí estaba Carlos cuidando de aquella chica, pero ¿qué era ella para él? No lo sabía. Su mente no le ayudaba. Por más que lo intentaba, su mente solamente le mandaba imágenes sueltas sin ningún sentido. Había perdido muchos años de su vida, muchos recuerdos y le parecía que vivía en una gran mentira.
-         ¿Por qué no logro recordarlo? – estaba sentado en una silla en frente de la cama en la que Rosmarie descansaba. En las últimas horas había intentado cogerle la mano, darle su apoyo o quizás que ella le diera algo a él, un recuerdo o ayuda, pero no podía tocarla. Era retenido por su cuerpo cada vez que intentaba acercar sus manos a las de ella.  Seguía con la misma ropa sucia que Gango le había prestado hace más de dos semanas y que debido a sus caídas, a su sangre brotando de su nariz y a la suciedad de aquella celda, se había manchado y descuartizado casi todas las prendas que tenía puestas. Se agachó hasta esconder su cara en sus manos y gritar de la desesperación.
-         ¿Puedo ayudarte en algo, hijo? – Gornid siempre lo había tratado de hijo, y aquello no le gustaba aunque estaba muy agradecido por todo lo que estaba haciendo por él.
-         ¿Puedes hacer que recupere la memoria? – preguntó Carlos irónicamente. Un destello pasó por los ojos de Gornid haciéndolo sonreír de manera extraña. Pocas veces desde que ha estado aquí había visto sonreír a Gornid.
-         Se puede intentar … - le contestó este. - ¿Hay algo que quieras recordar en especial?
-         Casi toda mi vida – dijo en un susurro casi ahogado – No recuerdo nada de lo que era antes. Solamente puedo recordar los últimos cinco años de mi vida y no son nada agradables. Tengo veinte años y no recuerdo nada de mi infancia y mi familia. Sé que tuve una familia, lo puedo sentir aquí dentro – se tocó el corazón – pero ahora solo puedo recordar a la cazadora y a su horrible hermano, no sé cuál de los dos es peor. 
-         Creo que hay algo – fue como si una bombilla se hubiera encendido encima de la cabeza de Gornid – Espera aquí – y salió, se fue dejándolo así por muchas horas. Carlos seguía hablando con Rosmarie y tenía la esperanza de que ella pudiera escucharle. Le contaba cuentos e historias, anécdotas que le habían pasado a él o cosas que simplemente quería que sucedieran.  – Lo he encontrado – Gornid apareció con cara de satisfecho sosteniendo un gran frasco verde en su mano derecha. Carlos se quedó fascinado ante aquel personaje. Era totalmente increíble lo que podía hacer con solamente una planta. – Tienes que tomártelo – se lo entregó pero después añadió – Te voy a explicar como funciona – cogió una silla y se acomodó al lado de Carlos – Yo te haré preguntas y tu cerebro analizará la información y me dará respuestas, con lo que tú podrás recordar aquello que te pregunté y todo lo que te rodeaba en ese momento. – suspiró y se dejó caer en el respaldo de la silla – Nos tomará un buen tiempo.



-         Le somos leales a Gornid por lo que les somos leales a ustedes – dijo el enano jefe que se había identificado como Aulë – Les acompañaremos hasta Oropo, les ayudaremos a conseguir la planta y los traeremos de vuelta sanos y salvos – ahora estaban descansando en la pequeña cueva escondida entre las altas montañas. Los mismos enanos ayudaron a Gango a ponerse en pie y a detener la hemorragia. Los enanos habían decidido ir con ellos y también Laura había discutido con Gango, otra vez, para que él se quedara en la cueva. No estaba en condiciones para andar y solamente los detendrán e irán más lentos, pero él no quería ni que se lo mencionaran. Iría con ellos y eso fue lo que hizo. Descansaron una o dos horas, no podían saber cuanto tiempo era exactamente pero al momento se pusieron en pie y encabezados por Zayn y Aulë se encaminaron hacia Oropo. No tuvieron muchas turbulencias por el camino ni se encontraron con ninguna criatura rara o difícil de derrotar. Al cabo de un día y medio llegaron a las puertas de la gran montaña de Oropo donde se encontraría la planta. Sabían cuanto tiempo había pasado por la inclinación del sol. – La planta está protegida por dos balrogs.  – concluyó Aulë. – Debemos plantear una estrategia. 


Enano: 

sábado, 5 de octubre de 2013

{Mirrors - Capítulo 10}




-         Gango me ha convencido – le dijo Zayn a Rosmarie mientras estrechaba su fina mano – para que dejemos a Carlos contigo – resopló poco convencido – No me parece una buena idea y nunca voy a estar de acuerdo con esto, pero por lo que he visto, él ha sido el único que te ha sacado sonrisas  los días anteriores a tu – se le formó un nudo en la garganta – desmayo. Llamémoslo desmayo.  
-         Deberías ver el mapa – Laura corrió lo más rápido que pudo para avisar a Zayn. Ese plan no tenía ni pies ni cabeza y aunque tenía fe, sabía lo difícil que era llegar a Oropo y volver en tan solo cuatro días. Pero no podía dejar a su hermano solo. Si moría, morirían los dos juntos. – Necesitamos otra estrategia – Zayn salió corriendo dejando a Laura mirando desde la puerta a Rosmarie – Tu carácter nos va a llevar a la destrucción – soltó un bufido y se alejó.

Todos estaban de pie alrededor de una gran mesa redonda. En medio de la mesa había un mapa que indicaba el camino más corto para llegar a Oropo. Gornid no sabía con qué criaturas podrían encontrarse los chicos durante su viaje pero sabía a ciencia cierta que ese camino era el más corto y el menos seguro que había, pero también sabía que si cogían otro camino jamás llegarían de vuelta para pillar el portal abierto.
-         ¿No podrías abrir otro portal si se nos cierra este? – le preguntó Gango. Quizás él era el único el que confiaba en este plan. No es que él fuera un suicida o un amante de la aventura y el riesgo, pero sería una aventura memorable donde poder descargar toda esa ira que contenía dentro y también podría salvarle la vida a Rosmarie.
-         Podría – afirmó Gornid – pero tardaría más de dos meses en conseguir de nuevo todos los materiales que necesito. O incluso más.
-         ¿Con qué criaturas podremos encontrarnos? – le preguntó Zayn aun sabiendo que ningún de los presentes sabía la respuesta a esa pregunta. Él iría a por esa planta aunque pudiera perder su vida en el intento. Su vida nunca le había importado, para sus ojos, él era un monstruo pero tampoco podría dejar a Rosmarie vivir indefensa en un mundo que desconoce. Él la iba a proteger.
-         Durante el camino no sabría deciros la clase de criaturas que podrías encontraros pero protegiendo la planta podríais encontraros con orcos, trolls o con balrogs – contestó firmemente el mago.
-         ¿Balrogs? – por primera vez en veinte minutos, Laura abrió la boca – Orcos y trolls creo que todos sabemos lo que son pero ¿balrogs? No los había oído nunca.
-          Los balrogs o también llamados valaraukar son demonios con poderes. Suelen utilizar cualquier tipo de armas pero principalmente utilizan el látigo de fuego. Los orcos y los trolls – añadió Gornid mientras les enseñaba una foto de un balrogs – eran los sirvientes de los balrogs y lo siguen siendo. – Gornid les enseñó otra foto – Este es Gothmog, es el señor de todos los balrogs, como su rey. Son unas criaturas magníficas. Nunca tuve la oportunidad de ver uno pero sería fantástico presenciar uno – Gornid se encontró con tres pares de ojos que no entendían su entusiasmo – Si podéis derrotar a este curioso ser, también podréis con los dragones, las glaistig, catoblepas o cualquier otro ser.
-         Aún no nos has dicho como derrotarlo – puntualizó Zayn.
-         Oh, cierto – Gornid hizo saltar el polvo que cubría el libro al cerrarlo. Llevaba tanto tiempo sin abrir ese libro que el polvo lo había consumido – Sólo podéis derrotarlo con su propio látigo.
-         ¿Cómo se supone que conseguiremos un látigo como el suyo? – preguntó Laura harta de esta discusión absurda. - ¿Cogemos un látigo y le prendemos fuego?
-         Querida mía, - Gornid juntó sus manos detrás de su espalda y empezó a andar de un lado a otro de la habitación – creo que me has entendido mal. – se paró y pasó sus ojos de uno en uno. Esos chicos, esos tres chicos que él mismo había entrenado, enseñado y protegido, iban a enfrentarse a un balrog – Tenéis que arrebatarle su látigo y matarlo con su poder.
-         ¡Creo que te estás burlando de nosotros! – Laura le dio un puñetazo a la mesa y salió de la habitación no sin antes añadir algo que sólo su genio permitiría decir - ¡Y todo esto por una chica que jamás se fijará en ninguno de vosotros dos! ¡INGENUOS! Volverá a los brazos de su novio en cuanto se recupere y los dos habréis arriesgado la vida o incluso habréis muerto por una tontería. Y no me digáis que puedo quedarme y que no estoy obligada a ir, porque os equivocáis. Nací para esto, para salvar vidas, y tampoco dejaré que mi hermano se mate por una niña consentida – dio un portazo que explotó el carácter de Zayn.
-         Zayn, - le avisó Gornid – ella no lo sabe pero Rosmarie es especial – los ojos de Gango y Zayn se posaron en él – Cuando le saqué sangre para analizar su estado y buscar una cura, había un campo de energía que la rodeaba y que no me dejaba ver más allá de su color. No sé si sus padres le hicieron análisis de pequeña, pero creo que no, porque nadie puede traspasar ese campo y no conseguí saber ni su grupo sanguíneo, hasta hace un par de días – tomó aire esperando que alguno de los dos lo interrumpiera pero ellos ni pestañeaban – Por lo visto, el suero de la cazadora bajó la guardia de su campo sanguíneo y pude averiguar algunas cosas.
-         ¿Qué cosas? – preguntó Gango inquieto. Zayn lo fulminó con la mirada por haber interrumpido a Gornid.
-         Ella no es humana del todo, eso es todo lo que os puedo decir de momento – hizo reaccionar a los dos chicos – Ahora, manos a la obra. En una hora os abriré el portal. Gango, ve a buscar a tu hermana y cálmala. Zayn, Max está a punto de llegar como me habías pedido y puedes darle las indicaciones que creas necesarias. Y yo iré a buscar vuestras armas y provisiones – desapareció en un pestañear de ojos.

Todos hicieron todo lo que Gornid les había mandado. Zayn le dio a Max todas las instrucciones que creía necesarias para que Carlos no se escapara o se llevara a Rosmarie. No se fiaba de él y tampoco era el único. Zayn se despidió de Rosmarie con un beso en la mejilla, le volvió a dar las explicaciones de por qué la llamaba Missy pensando que ella no lo había escuchado aquella noche en el lago pero ella era consciente de todo. Algo le oprimía el pecho, no sabía él. Dentro de ella, su pecho ardía. No por miedo de que le pase algo a Zayn. Era otro tipo de miedo. Había algo dentro de ella que nunca había sentido. No podía dejarlo ir. Se moría de ganas de hablar, llorar, hacer cualquier cosa para que él se diera cuenta de que ella lo escuchaba. Puso todas sus fuerzas en ello y después de agotarse completamente una lágrima salió por debajo de su párpado derecho.
-         Sabía que estabas ahí, pequeña – se acercó a sus labios mientras le acariciaba la mejilla con el dorso de la mano. Acercó sus labios a los de ella y los presionó hasta sentir la calidez que aún había en ellos. – Por si no vuelvo.


Serás idiota. Volverás. Habló Rosmarie dentro de su cabeza. Ojala pudiera gritar estas palabras. No me dejarás sola. Te necesito. Se fue. Zayn desapareció. No podía creerlo. En cuatro días lo vería de nuevo, estaba segura de eso. Escuchó gritos fuera. Un ruido que la hizo estremecerse. Seguramente Gornid estaba abriendo el portal y ellos desaparecerían. 
Balrog: 

Gothmog: