jueves, 3 de enero de 2013

A new life Cap.30


Narras tú.
     - ¿No te enfadas? - me preguntó Henar.
     - Que no, iros tranquilos - le sonreí y la ayudé a bajar las maletas.
     Ella y Harry se iban a algún lugar, no recordaba cual, para pasar algunos días juntos a ver como se llevaban. Empezaba a creer que de verdad él estaba dispuesto a enamorarse. Nada más irse, mi padre y yo nos sentamos alrededor de la mesa y empezó a contarme sus razones.
     - No tengo excusa para lo que pasó hace un par de años pero para esta sí. No sé si es una razón pero a mi me hizo dudar - resopló y prosiguió - Cuando pasó lo que pasó - tragó saliva - tuve miedo de perderos a vosotros y me alejé con la idea de que si estuviera lejos no podía haceros daño y no me afectaría tanto. Hice mal, lo sé y cuando James me llamó para reprocharme me dí cuenta de mi gran error. Ella fue, es y seguirá siendo el gran amor de mi vida y tuve miedo de vivir aquí sin ella - miró alrededor - La verdad es que se ha conservado todo muy bien.
     - Con cariño, dedicación y un poco de ayuda pude sacarla adelante.
     - Has crecido mucho - me cogió la mano y la besó - Me perdí muchas cosas por mi gran error. ¿Podrás perdonarme?
     - Nunca es tarde - tenía sus razones y aunque no me convencían del todo no podía perder a mi padre también. - La ropa que tengo me la dejo aquí - subí arriba y él me acompañó - Toda mi ropa está en Barcelona - resoplé al recordar que no me había traído nada de ropa.
     - ¿Te vas ya?
     - En una semana me iré. Aún tengo que preparar mis cosas para Praga y ahí empiezan antes - me crucé de  brazos y mi padre me miraba divertido - También iré a ver a Zayn o a lo mejor viene él, ¿no te importa?
     - Me cae bien. Es un buen chaval - me dejó a solas para que pueda llamarlo y eso fue lo que hice.
     - ¿Podríamos vernos mañana o pasado? - le pregunté - En una semana me iré.
     - No puedo - me contestó Zayn y se me borró la sonrisa de la cara.
     - ¿Por qué? - no quería preguntar - Bueno, si no puedes, no pasa nada - intenté no parecer enfadada.
     - No te enfades - pude sentir como sonreía al otro lado del teléfono - Te quiero.
     Tiré el móvil encima de la cama. Seguía sin creerme que no quisiera o pudiera verme. Caí encima de la cama. Oía pasos en el piso de abajo y me complacía el no sentirme sola. Era mediodía y el sol estaba en lo alto del cielo resplandeciendo como nunca. Hoy hacía un día perfecto para entrar en la piscina. Me puse un bikini azul marino con lunares blancos. La parte de arriba se ataba detrás del cuello con una tira elástica rosa y la parte de abajo tenía un cinturón de decoración rosa. Bajé a la piscina y me tumbé en una tumbona. Cerré los ojos y dejé que mi piel absorbiera los rayos de sol. Por lo visto me quedé dormida hasta oír el ruido de la puerta corredera cerrándose.
      - Papá, ¿te puedes creer que Zayn no podía venir a verme? Tendrá cosas mejores que hacer pero no intentó darme ninguna explicación - hablaba sin abrir los ojos.
     - No seas malpensada - la voz de Zayn me sobresaltó. Abrí los ojos y lo vi plantado delante mía.
     - No puedes hacerme una cosa así - me llevé la mano al pecho y suspiré - Casi me da un infarto.
     - ¿De verdad te pensabas que tenía cosas mejores que hacer que estar contigo? - le dejé hueco para que se sentara a mi lado.
     - Uf, ya no sé a que esperarme - me hice la ofendida y poco después empecé a reírme - Me cabreé un poco. Hay que ser sincera.
     - Lo sabía - me señaló con el dedo - ¡El dedo te señala! - gritó mientras se levantaba.
     La piscina estaba justo detrás suya. Aún tumbada levanté la pierna derecha, la puse sobre su abdomen y lo empujé a la piscina. Sabía que no le gustaba mucho el agua.
     - ¡Ah! ¡Me ahogo! - se hacía la victima mientras fingía que se ahogaba - ¡Un salvavidas, por favor! - me tiré a la piscina y lo abracé debajo del agua - ¿Tu eres un salvavidas? ¡SOCORRO! ¡Estoy en peligro! - esta vez me vacilaba haciéndose el gracioso.
     - Idiota - le salpiqué con agua y él me cogió por la cintura. Rodeé mis piernas alrededor de su cuerpo y después me besó. - Tenías que haber empezado por aquí - le dije soltando una risa.
     - No me dejabas otra alternativa. Además, fuiste tú la que me empujó a la piscina. - salimos de la piscina y le presté una toalla para que se secara.
     - ¿No tienes otra ropa? - le pregunté y negó con la cabeza. Me reí hasta que me fulminó con la mirada - Creo que hay algo de ropa de James por aquí - entramos en la casa.
     - Veo que ya la has encontrado - dijo mi padre riéndose al ver las pintas de Zayn.
     - Fue difícil - Zayn hizo un gesto como si se secara el sudor y yo le dí un cozado en el pecho para que subiera las escaleras.
     - ¿Te vas a quedar a dormir? - asintió - Espero que no sea un problema - señalé al piso de abajo.
     - Ya hablé con él mientras dormías. Lo del golpe de la puerta fue para despertarte.
     - ¿Hacía falta? - subrayé las palabras.
     - Sí. Roncabas de una manera - empezó a reírse y le tiré con fuerza un pantalón de James.
     - Yo no ronco - bufé. Dejó de hablar durante un rato que los dos nos vestíamos.
     - No, que va - ironizó Zayn. Vio mi cara de enfado y me abrazó por la cintura atrayéndome hacia él - ¿Y esos morros? No te piques, tonta - me dio un beso en la mejilla.
     - Creo que necesitas más que eso para que te perdone - se separó de mi y echó el pestillo a la puerta justo en el momento que mi padre salió a hacer la compra.
     Zayn volvió a abrazarme mientras me besaba. Los dos nos dejamos caer sobre la cama abrazados. Yo apoyé mis codos sobre su pecho y lo miré. 
     - ¿Quién era esa chica? - pregunté volviendo atrás hace unos días.
     - Una amiga - jugueteaba risueño con mi pelo - ¿Estás celosa?
     - No - me sobresalté poniéndome roja - ¿por qué le has hablado de mi?
     - Los chicos hablan con sus amigas sobre las personas que quieren, no todos, y yo hablé de ti. - me dio un beso sobre la frente - ¿Y tú con Harry?
     - Él no tiene la culpa, no te enfades con él - no quería que ellos dos acabaran mal. Eran amigos y compartían trabajo - Él se pensaba que estaba enamorado de mi pero era un capricho suyo.
     - Recuerdo el día que Niall nos presentó. Él te miraba como algo comestible - se rió y le dí un golpecito cariñoso en la costilla.
     - ¿Quieres decir que no soy más que un plato comestible?
     - Pero eres el plato único y principal - se hacía el sarcástico conmigo - Venga, cariño, sabes que es broma.
     Empezamos a hacer bromas y a reírnos hasta que llegó mi padre y bajamos a ayudarle a preparar la cena. Por primera vez en mucho tiempo me sentía completamente feliz.
   

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