miércoles, 14 de noviembre de 2012
A new life Cap.19
Narras tú.
Llegué en donde estaba mi hermano, esperaba ver a mi padre y a María pero ninguno de los dos estaba. No creo que tenían escusa alguna para no presentarse. James me vio, salió corriendo para abrazarme y me fundí en su pecho mientras llorábamos. Creo que si el que estuviera en esa habitación hubiera sido mi padre ninguno de los dos estaría tan mal, nos había jodido tanto la vida y dejó a mi madre en el peor momento. En fin, era una larga historia y ahora solo podía concentrarme en mi madre.
- ¿Y María? - me senté al lado de mi hermano justo en frente de la habitación de mi madre. La habitación era de cristal y la podía ver a ella tumbada en la cama con todas esas infusiones colgando y la mascarilla de oxígeno. En la máquina se podía ver que las pulsaciones de su corazón eran constantes. Miré a mi hermano en busca de explicaciones pero no me decía nada - ¿Y papá? - seguí preguntando y él no tenía más remedio que contestarme.
- María se ha quedado en casa, según ella, no le sentaba bien entrar en un hospital y que lo pasaría mal - suspiró - Y papá prefiere estar trabajando.
- ¡Eres idiota! - me levanté bruscamente de la silla y empecé a gritarle - María lo único que hace es aprovecharse de ti y tu como un completo idiota dejando que haga lo que le sale de la gana contigo. Y papá no se queda atrás, nunca está y en los malos momentos siempre desaparece, no me sorprendería que volviera a abandonarnos. No se porque volvió. Dios quiera que no den la cara conmigo - James me cogió de los hombros para que me tranquilizara.
- Tranquila, tranquila - me dio un beso en la frente - Sé que tu lo pasas peor que ella en un hospital, en toda tu vida entraste como mucho tres veces en un hospital y fue obligada. - se quedó pensando en que más decirme pero sus palabras no hacían más que alterarme - Nuestra prioridad ahora es mamá, con ellos dos ya veremos que hacemos después - esa respuesta me convenció más. James se sentó y yo me acerqué al cristal para poder verla mejor, buscaba esa sonrisa que siempre tenía en la cara pero no la encontraba por ningún lado. No podía llorar otra vez, tenía que ser fuerte por ella.
- ¿Sois familia de la señora Llorente?
- Sí - le contestó mi hermano al médico.
- ¿Qué le pasa? - pregunté.
- ¿No os lo había contado nunca? - mi hermano y yo negamos con la cabeza - Hace unos meses descubrimos que tenía cáncer de mama, lo descubrimos muy tarde por lo que no podíamos hacer nada al respecto.
- ¿Cuánto le .... queda? - preguntó mi hermano.
- Tres o cuatro días - al oír aquellas palabras de la boca del médico me derrumbé en el suelo y lloré como una desconsolada. En tres días ya era mi cumpleaños, no podía hacerme eso, ya no sería lo mismo sin ella. - Cuando queráis podéis pasar a verla - el médico desapareció por donde había aparecido.
Mi hermano pasó a verla, yo no tenía fuerzas ni de levantarme del suelo. Me acucurré entre mis brazos y volví a llorar. ¿Por qué nunca nos había dicho nada? Estaba temblando, no tenía fuerzas ni para seguir llorando.
- ¡_____! - levanté la vista y vi a Niall corriendo por el pasillo con Zayn pisándole los talones. Niall cayó junto a mi y me abrazó. - Estás temblando - me cogió las manos y me besó la frente.
- Le quedan tres o cuatro días - sorbí por la nariz - ¿Qué voy a hacer sin ella? - Zayn se sentó junto a mi y pasó su mano por mi hombro, me dio un beso en la mejilla e intentaba tranquilizarme. - Quiero estar sola, por favor, dejarme sola - los empujé a los dos mientras me levantaba pero cuando estaba arriba mis piernas me fallaron y me volví a caer.
- No te vamos a dejar sola, nos necesitas - Zayn me cogió en brazos y me ayudó a sentarme en la silla.
- Voy a buscar algo de beber - Niall se fue a la cantina del hospital.
Los tres días siguientes pasaron más rápido de lo que me creía. No me había movido de ese mugroso hospital ni cinco minutos, Niall me traía la ropa para cambiarme y a veces algo de comer. Zayn se pasaba todo el tiempo que podía conmigo. Hoy era mi cumpleaños, el peor día de toda mi vida.
- Mamá quiere verte - James salió de la habitación y me dejó entrar a mi. Cogí la mano de mi madre y le acaricié el pelo y la cara.
- Te quiero - le di un beso en la frente y me contuve las ganas de llorar, no quería que ella me viera así.
- Cariño ...- mi madre empezó a hablar pero la corté con un "sssh" - Felicidades - pero ella seguía hablando y no me hacía caso - No me puedo creer que tengas ya 20 años, estás hecha una señorita.
- Mamá, por favor, no malgastes tus fuerzas - ella apretaba mi mano con fuerza.
- Te quiero - poco a poco iba cerrando los ojos y yo empezaba a llorar.
- ¡No! ¡Mamá! - las pulsaciones iban bajando y su pequeño corazón dejaba de latir.
Narra Niall.
Pasaron varios días desde la muerta de la señora Llorente, _____ estaba reventada. Su padre había desaparecido, nadie sabía donde estaba. Su hermano se fue con su novia a seguir con su vida. Y ella, bueno, ella seguía en esa casa sola, en realidad no estaba sola, estaba Zayn con ella y yo siempre que podía iba a visitarla. En unos días ella tendría que volver a Barcelona para sus estudios y nosotros volveríamos a la gira. Por fin llegaba a Sligo, hoy vería a Paula. _____ me animó a que fuera, en principio no iba a ir, no podía dejarla así pero ella dijo que estaría bien.
- Aquí estabas - me dijo ella sonriente y me dio dos besos.
- ¿Podemos ir a un lugar más discreto? - la cogí de la mano y nos fuimos a otro lugar. Por el camino le iba contando algunas cosas sobre mi pero sin llegar a los detalles de la banda.
Narra Zayn.
- Cariño, ya está la cena - le grité a _____ pero no me contestaba. Fui arriba a buscarla hasta que oí la ducha. Entré para ver como seguía y ella al verme me cogió de la camiseta y me metió vestido en la ducha.
- Hace mucho que no hacíamos esto - me dio un beso mientras me quitaba la camiseta mojada, me dejó completamente desnudo y nos fundimos en un largo beso.
- Pero cariño, ya está la cena - le decía una palabra entre cortos besos que me daba.
- La cena puede esperar - me besó el cuello y me lo mordió dulcemente.
- Pero se va a enfriar - le ponía escusas sin saber porque pero esta vez fui yo el que entrelazó mis dedos en su pelo - Se puede calentar después - la seguía besando como si fuera él último beso que le daría. - Aún no te he dado regalo de cumpleaños.
- Ni yo a ti - ella se encogió de hombros - Pero creo que sería un buen momento dártelo ahora - se mordió el labio y yo me lancé. Fue nuestra primera vez en la ducha.
- No creo que haya mejor regalo que el poder estar contigo - salimos de la ducha, nos vestimos y bajamos a cenar. Después nos pusimos alguna película y ella se apoyó en mi pecho mientras me abrazaba por la cintura.
- Gracias por estar a mi lado. Mi madre, este donde este ahora mismo, seguro que estará agradecida.
- Ahora sí que será un para siempre - le dí un beso en la frente - Te quiero.
- Yo te quiero más - de esta manera nuestra velada se convirtió en una pelea continua de quien quería más al otro.
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