jueves, 12 de julio de 2012

Aquí, conmigo.

Aquí, conmigo.


Era un día tranquilo, como cualquier otro, las vacaciones ya habían llegado y yo estaba como siempre metida en twitter pero había una diferencia , seguía peleándome con Dani, uno de mis ídolos, por un plagio de fotos. Nunca pensé que podríamos llegar a hablar más de dos twets. La cosa fue a más, al final terminamos haciéndonos amigos, me presentó a los otros chicos y yo al ver a Carlos no pude resistirme, le di un abrazo y no quería soltarlo nunca, siempre había deseando tener un Carlos en mi vida. Fueron pasando los días y seguía hablando con Dani, es más, cada día nos llevábamos mejor. Con Blas siempre pensé que podía haber algo más, desde que lo conozco siempre supe que tenía algo especial. Me quedaba una puta semana hasta irme a un campamento, aún no había preparado ni la maleta ni nada de lo que iba a llevarme conmigo.
-¿Mamá, puedes llevarme a la Nueva Condomina para ir de compras? Aún tengo que comprarme varias cosas.
-No tengo tiempo - cerró la puerta y salí escaleras abajo.
-¿ Y si me voy en tren? - se dio la vuelta de repente.
-¡No! - me gritó.
-¿ Y cuando quieres que compre las cosas? - pasó de mi comentario y se fue, yo subí a mi casa y por twitter le conté a Clara todo lo que había pasado. De repente sonó mi móvil - Dígame - siempre contestaba igual.
-¿Paula? - me sonaba su voz.
-Sí, ¿quién habla? - pregunté.
-No me puedo creer que no me reconozcas - seguí pensando pero no caía - Soy Blas.
-Ah, que ilusión, ¿ y por qué la llamada? - empecé a sonreír como tonta.
-Vi que necesitabas ir de compras y no tenías quien te lleve, si te apetece te llevo yo y así vemos alguna película, creo que hoy dan una nueva de comedia. -dijo algo ilusionado.
-¿En serio me llevarías de compras? Como me acabas de alegrar el día. Pues me encantaría ir, ¿ a que hora pasas a recogerme? -pregunté más feliz que nunca.
-En una hora estoy allí, besos - me di cuenta de que había puesto morritos al otro lado del teléfono, siempre lo hacía.
-Hasta luego - colgué y me metí a la ducha rápidamente. Me ricé el pelo ya que así terminaría antes, me puse unas sandalias marrones, unos pantalones cortos blancos con rayas azules y una camiseta de flores con manga francesa. Justo en ese momento tocaron al timbre, cogí mi bolso y bajé, lo vi sonriente y entré - No sabes como me alegro de volver a verte - le di dos besos y sonrió.
-¡Nueva Condomina, haya vamos ! - empezó a reírse, no sabía muy bien de que hablarle - ¿Has visto mi móvil? - empezó a buscar por el coche.
-Tu conduce, ya lo busco yo, a ver si nos estrellamos o algo, que no quiero morir ¿Vale?
-Vale - dijo riéndose.
-Pues aquí no está, ¿no te lo habrás dejado en casa? - le pregunté.
-Creo que sí, tenemos que ir a por él - lo miré con cara poco convencida - No puedo vivir sin móvil.
-Venga, que no quiero que te mueras - dije irónicamente. Llegamos a su casa de Molina de Segura y me invitó a pasar.
-¿Quieres algo de beber? - preguntó.
-No, estoy bien, tu busca el móvil -miré por la ventana y de repente se nubló todo - ¿Y el sol? - empezó a llover muy fuerte, había relámpagos y truenos - ¡Blas! - grité y apareció corriendo.
-¿Qué pasa? - fui corriendo y lo abracé.
-No me gustan los truenos - me correspondió al abrazo y me abrazó muy fuerte - Perdona - me separé de él y empecé a reírme - No aguanto los truenos.
-Tranquila - fue a mirar por la ventana - Pues la que está cayendo es gorda - me vio preocupada - Siéntate en el sofá, ahora vengo. - se fue por la puerta que había aparecido antes y yo me acucurré en el sofá, hacía mucho frío, en ese momento Blas apareció por la puerta con dos mantas - Lo veía venir - dijo sonriente y me la entregó.
-Gracias - me tapé - Que gustico - lo vi en la cocina mirando por los armarios - ¿Tu no vienes a sentarte? - dije sonriente.
- Espera, estoy haciendo palomitas, creo que nos quedaremos aquí un buen rato, ¿ por qué no miras en ese armario debajo de la tele? Hay películas, elige una.
-¿Qué te parece si vemos Un paseo para recordar ? - le enseñé la película.
-Genial, es mi película preferida - volvió con las palomitas y se sentó en el sofá.
Vimos la película pero volvía a haber truenos y yo abracé a Blas por debajo de las mantas, me desesperaban los truenos. Blas estaba sonriente mirando la película mientras comía palomitas. Acabamos de ver la película y fuera ya había oscurecido.
-Blas, ¿crees que parará pronto? Tengo que ir a mi casa - volví a mirar por la ventana pero seguía lloviendo incluso más fuerte que antes.
-No creo que pare en un buen rato, ¿ por qué no llamas a tu madre y le dices que te quedas a dormir aquí? - apagó la televisión y se llevó el plato de las palomitas para limpiarlo.
-¿Aquí? ¿Contigo? - pregunté incrédula.
-Claro, tú, aquí, conmigo - se dio la vuelta y me dedicó una sonrisa. Salí fuera para llamar a mi madre que no se lo creía y como ella tampoco iba a estar en casa dijo que quería hablar con Blas y se la pasé - Sí señora, la cuidaré muy bien, no se preocupe - empezó a reírse -Adiós - colgó.
-¿Qué te ha dicho?¿ Por qué te has reído? - empecé a bombardearle a preguntas.
-Me ha dicho que te cuide y que lo pasemos bien - empezó a reírse y de repente se fue la luz.
-¡NO! - grité de repente -¡Blas!¿Dónde estás? - me cogió la mano.
-Estoy aquí.
-Esto parece una película de terror - en ese momento me soltó la mano - ¿A dónde vas?¡Blas! - empecé a gritar como loca pero nada de repente se encendieron unas luces.
-He encontrado unas velas - vino corriendo - Ven - me cogió de la mano y me llevó a su habitación, empezó a buscar por los armarios y me entregó una camisa blanca - Pontela, seguro que así duermes más cómoda - me enseñó donde estaba el baño y me dejó sola, yo me puse la camisa que me venía gigante y salí. En la habitación había puesto velas por todo el lado.
-Jo, que bonito, si fuéramos una pareja si que sería romántico - dije soltando una carcajada y Blas me miró sonriente, empezaba a hacer frío así me que metí en la cama y me tapé con la manta - Así si que se está a gusto, nunca pensé que en Julio podría hacer tanto frío. - Blas se metió en la cama a mi lado - ¿Vas a dormir aquí? - pregunté algo sorprendida.
-Sí, así no tendrás miedo si hay otro trueno - me dedicó una sonrisa de satisfecho y yo no sabía ni que decirle. Iba a echarlo de la cama pero había más truenos y lo abracé - ¿Quieres que me vaya?
-No, no, quédate, así estaré más segura. - apoyé mi cabeza sobre su pecho - Gracias por todo - lo seguía abrazando, me quedé dormida mientras él me acariciaba el pelo.
De repente volví a escuchar otro trueno y me levanté de un salto, miré el reloj y solo eran las 3 de la madrugada. Al menos ya había vuelto la luz. Fui a beber un poco de agua y alguien me tocó el hombro por detrás, me di la vuelta bruscamente y le di una torta.
-¡Lo siento! - le miré la cara a Blas, le había dejado una marca roja y muy grande - Me habías asustado, te lo has buscado tu solito.
-¡Me debes una gorda! - dijo algo cabreado y me sentí mal. Nos sentamos en el sofá y le di un beso en la mejilla - Así está mejor pero sigue sin curarse - dijo sonriente - le di otro beso en la misma mejilla.
-No lo vuelvas a hacer en tu vida, la próxima vez podrías acabar peor. - le dije amenazándole con el dedo.
Pasó olímpicamente de mi comentario y me abrazó por la cintura, lo sentía cada vez más cerca de mi y yo me alejé, no iba a ceder tan fácilmente, si quería algo debería currárselo.
-Blas, ¿me harías un favor? - le pregunté y asintió - Hace nada fue el cumpleaños de una amiga mía, es mi vecina y una gran auryner, y si no es gran molestia quería ver si podríais tocarle algo, una canción o algo.
-No, tengo una idea mejor - dijo sonriente - La traemos aquí, hacemos una fiesta en la piscina con barbacoa y demás cosas, y os podréis quedar a dormir ,¿ qué dices? - se me iluminaron los ojos.
-¿Harías eso por ella?
-No, haría esto por ti - me volvió a sonreír.
-Bueno, vamos a dormir, que aún sigo con el susto metido en el cuerpo.
Nos volvimos a la cama, y cuando despertamos ya todo estaba a la normalidad, no llovía y había sol. Había algunos pájaros cantando y Blas estaba en la cocina preparando tortitas.
-Qué bien huele - me senté a la mesa y desayunamos juntos. 
-¿Aún te apetece ir de compras? - asentí ante su pregunta.
Nos vestimos y nos fuimos a la Nueva Condomina, nos tomamos un helado, paseamos por las tiendas, nos reímos y después me llevó a mi casa.
-Me lo he pasado genial, gracias por todo - iba a salir pero me cogió de la mano.
-Nos volveremos a ver, ¿verdad? 
-Claro, pero en una semana me voy al campamento, y no se cuando volveré - le contesté poniendo mala cara, no quería irme ahora cuando había hecho buenas migas con ellos.
-Seguro que nos veremos, y te llamaré - iba a darme un beso pero me doblé y me besó en la mejilla.
-No te será tan fácil - le dediqué una sonrisa de victoria.
-Sabes que no me daré por vencido. - salí del coche, cerré la puerta y le mandé un beso con la mano.
-Qué sepas que será difícil y te pondré muchas piedras en el camino - le contesté.
-Pero el premio que hay detrás de todo eso valdrá la pena - me conquistó con su comentario - Hasta la próxima - me puso morritos y se fue. Yo fui corriendo a tocar al timbre de Laura.
-Tía, te tengo una sorpresa - no la dejaba hablar - Mañana te cuento, te encantará.
-Pero, Paula, ¿qué pasa? - preguntó Laura preocupada.
-No te preocupes, pronto lo sabrás - le mandé un beso a través del telefonillo y me fui a mi casa.
Tenía un montón de bolsas. Me acordé de la noche que había pasado, fue magnífica. Sonreí como tonta y seguí preparando las cosas. Laura se llevaría una gran sorpresa.





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